Título original: Genuine
Año: 1920
Duración: 44 min.
País: Alemania
Director: Robert Wiene
Guión: Carl Mayer
Música: Película Muda
Fotografía: Willy Rameister
Reparto: Fern Andra, Albert Bennefeld, Lewis Brody, John Gottowt, Ernst Gronau, Harald Paulsen, Hans Heinrich von Twardowski
Haré lo que ella me diga, la amo.
Tras un tiempo prudencial que me ha permitido digerir esta maravillosa obra, me dispongo a hablar de ella. Es un ejercicio algo complicado puesto que no es una película fácil, en ninguno de sus aspectos. Para poder expresar todo lo que su visionado comporta, nos exigiremos un mucho de fantasía e imaginación. Sería algo así como aceptar el reto de su director y soltar sin orden ni concierto todo un cumulo de ideas que nos rondan por la cabeza. Permitirme entonces que lo haga así. No sabría hacerlo de otra manera.
Partiendo de la base de la afición de Robert Wiene y Carl Mayer por el mundo del teatro, medio del cual proceden ambos, recalcar que este film bien parece una obra teatral. Primero por su subdivisión en actos, de hecho cada escena lo es; después por la caracterización de los actores, con unas sobreactuaciones fuera de lo normal; y por último por la escenografía, toda ella realizada en interiores y con unos decorados diseñados por el pintor expresionista César Klein, incluido en la exposición Arte Degenerado, en la cual el régimen nazi mostraba el arte moderno y prohibirlo a favor del Arte Heroico, afín al gobierno de Hitler.
La circunstancia de que fuera realizada en el mismo año que El Gabinete del Dr. Caligari, nos puede llevar a pensar que se rodó como un refrito de la obra maestra antes mencionada. Nada más lejos de la realidad puesto que, aunque guarda cierto parecido, son dos obras totalmente independientes con, eso sí, algunas cosas en común.
Lo que sorprende un poco es que, siendo una cinta aún si cabe más vanguardista y arriesgada que la mencionada, su modo de presentarla parece que sea más clásico o, dicho de otra manera, más tradicional. Pero he dicho que lo parece. Después de observarla atentamente nos daremos cuenta de que esto no es así. Escenarios barrocos con pinturas burdas y excitantes, fundidos a negro de todas las maneras posibles y en todos los ángulos de la pantalla, vestuarios atrevidos y extraños, guión extremadamente complejo con un principio chocante y con alguna que otra sorpresa, peinados de los actores realmente fascinantes. Todo ello la hace envolvente, enigmática y chocante. Por su duración, temática y vanguardismo, parece lógico que no consiguiera alcanzar los lugares que otras obras de esa época consiguieron. Extrapolándolo a nuestros tiempos, tampoco creo que hoy alcanzara mucha difusión. Sería la clásica que ponen en las filmotecas y cines fórum. Estoy convencido que la comercialidad no era la idea del director.
Quisiera no hacerme pesado en el tema de la música, pero en mi opinión influye enormemente en la idea general del producto. En este caso la vi con una banda sonora obra de Larry Marotta, guitarrista experimental estadounidense especializado en música de libre improvisación. Excelente trabajo el suyo, por la casi perfecta unión de sonido e imagen. En las primeras tres cuartas partes de la cinta, su música se asemeja a la introducción de la canción The End de The Doors, con vuestro permiso, una de las mejores canciones de rock de todos los tiempos. Su ritmo pausado e inquietante durante todo ese tiempo, se asemeja a un orgasmo sin fin. La última parte pierde un poco esta magia, pero logra acabar con dignidad.
Explicar un poco la trama es algo sumamente complejo. Haré lo que pueda. Como habréis podido imaginar Genuine es la protagonista y representa que es una sacerdotisa que fue pintada por Percy, el cual desde que hizo el retrato se ha vuelto irascible y huraño. Tras rechazar vender el cuadro se queda dormido. Esto lo aprovecha Genuine para cobrar vida y escaparse. No tiene mucha suerte y acaba en un mercado de esclavos siendo comprada por un personaje, con cierto parecido a Nosferatu para acabarlo de liar, llamado Lord Melo. Como es un poco rarito la encierra a cal y canto, aunque ella desea fervientemente salir. Y hasta aquí puedo explicar. Pasan muchísimas más cosas. ¡Y todo ello en 44 minutos, títulos incluidos! El ritmo es frenético y no necesita mucho para enviarnos un aluvión de ideas que, tal y como he comentado al principio, son de difícil digestión.
Es una película redonda, fantástica, maravillosa, compleja. De alta graduación, como una buena absenta, el diablo verde. De esta bebida se decía que podía provocar alucinaciones, sacando el símil os puede pasar lo mismo con este film. Hablando un poco de cuestiones más técnicas, para no desmerecer reviews anteriores, decir que sus cambios de tonalidad la hacen todavía más enigmática y onírica. Las interpretaciones son muy buenas, sobre todo la de Fern Andra en el papel de Genuine. Se tiende a la grandilocuencia con gestos amanerados y exagerados, pero lo bueno del caso es que encajan perfectamente en el contexto global, destacando sobremanera las escenas de enamoramiento y brujería. Es impecable técnicamente hablando con algunas pequeñas innovaciones en cuanto al manejo de la cámara.
Sin darme cuenta ya he llegado al final. Y sinceramente no sé lo que he dicho. Si lo habéis entendido os felicito. Si no, pues siempre os queda la solución de ver esta obra de Robert Wiene y tirármelo todo a la cabeza. Entenderé que si no lo hacéis estáis de acuerdo conmigo, cosa que de vosotros empezaría a preocuparme.
Firma: Josep M. Luzán.