La fuerza bruta militar no es algo que esté de moda en Europa ni en España, pero sí que está muy de moda en la región euroasiática, y no sólo en Oriente Medio, sino concretamente en Asia Oriental.
China continúa sin descanso su política de comprar
submarinos nucleares, diésel o eléctricos
Por primera vez en décadas, los regímenes despóticos de Oriente Medio están siendo amenazados.
Por primera vez en décadas, los regímenes despóticos de Oriente Medio están siendo amenazados.
Decir que se trata de una lucha por la democracia puede considerarse una forma de reacción emocional. Una forma analítica de reaccionar sería decir que lo que vemos en Oriente Medio son los prolegómenos de una próxima crisis de la autoridad central. Si los regímenes actuales carecen de legitimidad para gobernar, ¿quién la tiene? Mientras que Egipto y Túnez constituyen centros de civilización antiquísimos -han sido Estados desde la antigüedad y, por lo tanto, tienen instituciones y marcos burocráticos-, países como Siria, especialmente Yemen, Libia y otros son más bien expresiones geográficas y no Estados. La institucionalización de estos países es más débil que la de Egipto o Túnez. Por lo tanto, las transiciones de Oriente Medio van a ser mucho más tumultuosas y su política interna exigirá los mayores esfuerzos en las próximas décadas, ya que no debemos olvidar que durante décadas Oriente Medio no ha tenido realmente ningún tipo de política interna. Se ahogó bajo el gobierno de regímenes de seguridad nacional estériles y corruptos, y a medida que esos regímenes se debiliten y caigan veremos cómo una energía ingente pasa a concentrarse en la política interna y en rectificar la economía.
Europa, entonces, reduce su gasto en defensa y Oriente Medio está más centrado en sí mismo y en sus sociedades.
La India se ha convertido en la cuarta potencia en llevar a cabo la prueba de alunizaje, tras la antigua Unión Soviética, los Estados Unidos y la Agencia Espacial Europea
Mientras tanto, lo que yo denomino el Indo-Pacífico -que viene a ser la India más Asia Oriental (es decir, el Pacífico Occidental)- experimentará enormes aumentos en gastos de defensa en todo el territorio. Durante el principio y la mitad de la Guerra Fría, Asia se consideraba básicamente un enorme trozo de tierra repleto de ejércitos y muy poco sofisticado, interesado únicamente en el desarrollo nacional, en la construcción de carreteras, en sacar provecho de su cosecha y en la guerra de guerrillas (en el caso de Vietnam y otros). Pero lo que ha empezado a aparecer muy sigilosamente en Asia, en las páginas tercera y cuarta de los periódicos más que en la primera, ha sido la creación de verdaderos complejos defensivos cívico-militares postindustriales. A esto hay que añadir los misiles balísticos, la capacidad para la ciberguerra y para poder alcanzar objetivos móviles en el mar, los satélites GPS en el espacio, el refuerzo no de los ejércitos de guerrilla -como en el Gran Oriente Medio (en Iraq, en Afganistán y demás países)-, sino de una potencia naval y aérea realmente fuerte. Cuando empleo la palabra naval me refiero a la potencia aérea y espacial, porque desde la aparición del portaaviones a principios del siglo XX es imposible separar la guerra aérea de la naval. Y como hoy en día los buques de las grandes flotas navales no se guían con el sextante, sino con los satélites GPS que están en el espacio, este último se ha convertido en el terreno de la guerra naval. Los Gobiernos indio, chino y otros en Asia Oriental están destinando mucho dinero a los satélites espaciales. La India dispone de toda una red de satélites dedicada a seguir los movimientos de los submarinos chinos.La idea de que estamos en una etapa de postguerra y en una etapa postnacionalista puede que sólo sea cierta para Europa.
Cualquier cosa que suceda en la península de Corea son malas noticias para Japón
En Asia Oriental el nacionalismo está muy vivo, perfectamente sano y vigoroso. La India tiene la quinta mayor armada y está en camino de ser la tercera. El supuesto cuasi pacifista Japón tiene 123 buques de guerra de vanguardia, una cifra cuatro veces superior a la Marina Real Británica. Esta proporción continuará en aumento a medida que la Marina Real Británica continúe su mengua y Japón se remilitarice psicológicamente, como consecuencia de la creciente amenaza que China supone como gran potencia aérea y naval, ya que cualquier cosa que suceda en la península de Corea son malas noticias para Japón. O bien Corea del Norte continúa así y sigue siendo una amenaza para Japón -hay que recordar que Corea del Norte no es tanto un régimen comunista como un régimen fascista nacionalista que inculca en su población un verdadero odio hacia los japoneses-, o bien se produce un colapso inesperado del Estado norcoreano. Por lo tanto, en unas décadas, o quizá antes, una Corea todavía mayor será inherentemente antijaponesa por mor de la ocupación japonesa de la península coreana de 1910 a 1945.El Arte de la Estrategia tusbuenoslibros