Por R. Osiris de León.
Quienes no están muy familiarizados con la compleja hidrogeología cárstica y tectónica de la cuenca de Enriquillo, plantearon la hipótesis de que el único responsable de la crecida del lago Enriquillo es el río Yaque del Sur, el cual desde hace muchos años deriva parte de sus escasas aguas hacia la laguna de Rincón, y desde ahí hacia el lago Enriquillo, y plantearon que esa situación se agrava cada vez que los desagües de la presa de Sabana Yegua son abiertos en períodos de tormentas, por lo que su modelo se limitaba a sugerir construir diques de contención de las crecidas del Yaque.
Fue así como el 20% de los fondos de la presa de Monte Grande se utilizó para la construcción de diques de contención de crecidas en la cuenca baja del río Yaque del Sur, el 30% ha sido gastado en la rehabilitación de la presa de Sabana Yegua, mientras el inicio de la construcción de la presa de Monte Grande ha sido postergado una y otra vez, pero el lago Enriquillo sigue, y va a seguir, subiendo de nivel, inundando las tierras vecinas que siempre le han pertenecido.
Esto indica que de los US$354 millones para la presa de Monte Grande ya se han gastado US$174 millones y la presa no se inicia, con el agravante de que con los US$180 millones restantes no se construye la presa, y pedir más fondos traerá serios problemas, lo que indica que el dinero gastado no ha logrado parar las crecidas del lago, pero ha logrado parar la construcción de una importante presa.
Advertimos por escrito, una y otra vez, que el problema de las crecidas del lago Enriquillo está vinculado con los manantiales de Las Marías, Las Barías, Boca de Cachón, La Zurza y otros, así como con los grandes aportes de los ríos vecinos, principalmente el río Las Damas, pero que el crecimiento del lago está desvinculado de los caudales del río Yaque del Sur, y que invertir dinero en esos diques no detenía las crecidas del lago.
Cada vez que usted recorre el perímetro del lago Enriquillo puede observar los extraordinarios caudales de los manantiales que entran al lago por las zonas Norte, Oeste y Sur, y puede ver, desde tierra y desde el aire, que los aportes de la zona Este, desde donde debe provenir la recarga del Yaque del Sur, son insignificantes para un lago de más de 300 kilómetros cuadrados, es decir, del tamaño de la ciudad de Santo Domingo.
Desde el año 2007, el lago Enriquillo no ha parado de subir, y 5 años de secuencias fotográficas confirman que cada día tiene más agua, pues ni siquiera esta sequía ha reducido su nivel, con la seguridad de que a partir de mayo volverán las vaguadas y tormentas que seguirán aumentando el nivel del lago. l Editado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana.