Hay formas de afrontar el silencio. Formas de afrontar en silencio.
“Geometría de la experiencia” te propone montarte en una nave, quizás espacial, para llegar a un lugar sin nombre, otro espacio, otra densidad, otra luz. Un viaje en el que rápidamente conectas con un espacio subjetivo, que te invita a jugar, porque cada espectador/a puede vivir una experiencia muy diferente, en función de su momento vital, desde donde mira, y de dónde ponga la mirada. Y a pesar de lo excepcional del lugar, es una conexión emocional conectada con la energía vital de la experiencias humana. Sin necesidad de palabra, juega.
¿Puede haber discordancias en el mar? ¿Qué ocurre si uno de sus elementos comienza a contravenir el propio movimiento del mar? No tengo la respuesta, como tampoco puedo anticipar lo que ocurre cuando una persona decide provocar un cambio. MacGuffin lo llamaba Hitchcock. El desencadenante, la excusa argumental y puede ser totalmente irrelevante. Irrelevante porque el elemento empleado para desencadenar el cambio puede ser intercambiable. Si en tu vida hay cosas que no funcionan, puedes mover alguna pieza generando un efecto dominó que provocará una transformación global para cambiar la situación. La pieza que mueves es el MacGuffin. Y esa pieza puede ser un suceso traumático, un incidente externo o una decisión, una elección.
“Geometría de la experiencia” me evocaba el MacGuffin, o quizás todo lo contrario, porque cada movimiento era protagonista y bello por sí mismo.
Juntos eran el movimiento, pero cada uno emanaba de una forma, Natalia Jiménez, la belleza, Anna Katalin, el fuego y Víctor Zambrana, la alegría, Se mezclan y son mucho más, juntos el flujo, la oscilación y la vibración. Son el mar, una piedra incandescente, implosión, inestabilidad y la sorpresa de lo que vendrá. Improvisación de cuerpos que se conocen, y conectan emocionalmente.
Lucía Martínez, a la batería y composición musical. Una bailarina más, llena de intensidad y presencia escénica. Creadora de mundos. Lucía es una baila y hace bailar en escena, crea los ambientes extraños, contundentes, atractivos, en los que se relacionan tres bailarinas en estado de gracia.
Somos más poderosos cuando estamos juntos, el otro nos reconoce y nos nombra, el otro nos cuida y apoya, tenemos más fuerza con alianzas, pero equilibrios inestables somos. A veces en la cuerda floja, pero no sé cuál es el objetivo, ¿tiene que ser mantenerse en pie? La belleza muchas veces proviene de la fragilidad, incluso la fuerza y determinación provienen de su relación con la fragilidad.
Te relacionas con el afuera, ya sea con otro ser humano u otro tipo de experiencia, y después de la relación: eres otro. Te conectas, te comprometes, te diviertes, aprendes, pierdes, creas, chocas, te miras y eres otro. Otro dispuesto.
Y a veces el colapso. Sufrimos cuando llega el colapso. Es duro. No buscamos colapsar, duele, pero llega. Por supuesto que sales diferente, otro. ¿Colapsar juntos?