A estas alturas no vamos a discutir que la fuerza creativa de los Beatles era el dúo formado por Lennon y McCartney. Sin embargo, y en términos de estilo, los responsables de la evolución musical y del enriquecimiento sonoro de sus discos en la segunda mitad de su carrera probablemente fueron, por un lado George Martin, con sus aportaciones en cuanto a arreglos e instrumentaciones más clásicistas y George Harrison, que abrió el sonido del grupo a los sonidos de la música hindú y, en menor medida, a la electrónica. En ese último ámbito es donde tenemos que situar la rareza que traemos hoy al blog y es que, antes de la llegada de los Jean Michel Jarre, Tangerine Dream o Klaus Schulze al mundo de la música, resulta que George Harrison grabó un LP completamente electrónico y ajeno por completo a su trabajo con los Beatles en aquellos años.
Todo empezó cuando Harrison se desplazó a California para las sesiones de grabación de un trabajo de su protegido Jackie Lomax. Allí conoció al músico, experto en sintetizadores y representante de The Moog Company, Bernie Krause, quien le iba a enseñar todas las posibilidades de aquellos nuevos aparatos, particularmente de la serie 3 del famoso sintetizador. Harrison tendría problemas años más tarde a causa de una concepción relajada de los derechos de autor pero quizá su primer “desliz” en este sentido se produjera en esta época ya que el guitarrista de los Beatles grabó toda la sesión en la que Krause le enseñaba las virtudes del aparato sin su conocimiento y terminó publicándola (de forma parcial) como suya en el que sería su segundo disco en solitario que es, justamente, el que traemos hoy aquí. Hablamos de “Electronic Sound”, disco muy raro y casi olvidado con el que Harrison se convertiría en una de las primeras estrellas del rock en apuntarse a la electrónica.
“Under the Mersey Wall” - La primera cara del disco la ocupaba esta pieza que fue grabada en febrero de 1969 ya con Harrison de vuelta a Inglaterra. En ella asistimos a una sucesión de ruidos u efectos sonoros de todo tipo. Como ocurría en muchas de las composiciones del género en este estadio tan temprano, la obra se compone de pequeñas células en las que se intuyen esbozos de melodía, breves intentos rítmicos, ruido blanco... un muestrario de timbres sin demasiada organización que se alternan con momentos de silencio. La escucha puede tener interés para aquellos aficionados al sonido electrónico y casi como curiosidad arqueológica ya que incluso discos aparentemente similares en su concepción como podía ser el “Beaubourg” de Vangelis resultan mucho más musicales en su rareza. Con todo, hay momentos interesantes, especialmente en la segunda mitad de la pieza en la que escuchamos sonidos más sostenidos y consistentes que dan apoyo a todo el caos que se desarrolla por encima de ellos.
“No Time or Space” - Esta es la pieza extraida de la demostración que Krause hizo en su día y que Harrison grabó durante su viaje a California. En realidad parece ser que el Beatle quiso incluir el nombre de Krause en la portada del disco pero éste se negó cuando todo el diseño estaba terminado por lo que su nombre fue tapado con pintura (algunos afirman que aún se puede leer fijándose bien). En todo caso, en los créditos de la reedición de 2014 del disco, quien figura como autor es George Harrison apareciendo Krause acreditado solo como asistente. La pieza comienza con una serie de “golpes” de ruido blanco que se suceden en diferentes patrones antes de convertirse en diferentes “vientos” que soplan creando un ambiente ciertamente inquietante. A partir de ahí llega una fase más caótica con el sintetizador intentando encontrar un timbre apto para desarrollar una melodía pero desistiendo enseguida para enfrascarse en raras divagaciones con un punto de fortuna en algunos fragmentos, aunque finalmente desesperantes en la mayoría de ellos. Dentro de la línea experimental de toda la composición, tenemos que reconocer que el burbujeante sector que se desarrolla a partir del minuto 12 más o menos es realmente bueno y nos permite ver el disco como algo más que una extravagancia por parte de un artista consagrado que busca epatar a un público más “intelectual” (con énfasis en las comillas) que el que le sigue habitualmente.
El disco en sí, quizá no tenga un gran valor ya que toda la experimentación que en él se encuentra carece de dirección pero tiene su interés por lo que representa y porque explica un poco la introducción posterior de sonidos electrónicos en la última etapa de la carrera de loa Beatles. En cualquier caso, hay muchos artistas posteriores que lo reivindican (Tom Rowlands, de los Chemical Brothers, afirma que tiene el disco colgado en la pared de su estudio como fuente de inspiración y en su disco “Dig Your Own Hole” hay samples del de Harrison). “Electronic Sound” fue la segunda y última referencia del sello Zapple Records, una subsidiaria de Apple Records (el sello de los Beatles) que tuvo una vida efímera y que nació para dar salida a trabajos experimentales de todo tipo de artistas. Si sois aficionados al sonido de los primeros sintetizadores, este disco cubrirá vuestras necesidades. Si, por el contrario, lo que os atrae de él es el nombre de Harrison, dadle una escucha antes porque puede no ser exactamente lo que esperáis.