A mí me encanta George Lucas. No me importa si las precuelas no fueron lo que se esperaba, si complicó las reglas de su propio universo con el tema de los Sith (“Only two shall there be”) o si Harrison Ford está muy viejo para otra Indiana Jones (Harrison Ford nunca estará muy viejo para nada), creo que hasta me gusta Jar Jar Binks. Lo único que me importa es que creó Star Wars y enriqueció mi adolescencia con sueños de Jedis honorables y contrabandistas apuestos y audaces.
En una carta fechada el 16 de julio de 2010, George se compromete a donar millones de dólares para mejorar el sistema educativo de su país a través de la George Lucas Educational Foundation.
Mi promesa es hacia el proceso; mientras tenga los recursos a mi disposición, buscaré mejorar la calidad para las futuras generaciones de estudiantes de cualquier edad.
Estoy dedicando la mayoría de mi fortuna para mejorar la educación. Es la clave para la supervivencia de la raza humana. Debemos planear para nuestro futuro colectivo, y el primer paso empieza con las herramientas sociales, emocionales e intelectuales que proveemos a nuestros niños. Como humanos, nuestra mejor herramienta para la supervivencia es la habilidad de pensar y adaptarnos, como educadores, narradores y comunicadores nuestra responsabilidad es continuar haciéndolo.
George Lucas
Chapeau para Bill Gates y Warren Buffet por lograr este compromiso de los acaudalados del mundo y hacerlo ellos mismos también, chapeau para los acaudalados del mundo que se compromenten así, cualquiera sean sus motivos, intereses o ganancias, y chapeau para George otra vez. Me encanta saber que influirá en las nuevas generaciones de esta manera, aunque sea con un procedimiento completamente distinto a cómo lo hizo en la mía. Algunos dirán que esta forma es mejor... yo recuerdo a Han Solo, Luke, Leia y demás, y dudo.
EriSada