George Plimpton: El hombre que estuvo allí (y 3):

Publicado el 16 febrero 2016 por David David González

El periodista más peculiar presente en Kinshasa era Hunter Thompson, que cubría el combate para Rolling Stone. Yo siempre había sentido un vínculo estrecho con Thompson, porque aunque la gente lo llame periodista gonzo por su personaje personalizado (Miedo y asco en Las Vegas), siempre lo he considerado un periodista participativo, sobre todo por su extraordinario libro Los ángeles del infierno, en el que se unió a una banda de motoristas, en gran medida con el espíritu en que yo me uní a los Detroit Lions, solo que los motoristas resultaron ser una compañía de lo más desagradable, y a la postre le dieron una paliza, y de gran gravedad.
 
La noticia que circula por el Rialto, cómo no, es que Irving Lazar, el Rayo, el superagente literario, está escribiendo su autobiografía. Venderá su libro a los editores (y muy probablemente a las cadenas de televisión para una miniserie y a los estudios para una película), cosa que es noticia porque es muy posible que Lazar haya leído lo que va a vender. No suele ser así. Lazar tiene fama de no leer lo que escriben sus clientes. "Le eché un vistazo" es lo que dice a menudo, lo cual suele ser incluso una exageración.
George Plimpton. El hombre que estuvo allí. Contra, diciembre de 2015.