Gérard Depardieu: El oficio de tomar riesgos

Publicado el 14 diciembre 2016 por Apgrafic
Cyrano de Bergerac (1990)

Por un lado, un ladrón joven e inexperto entra a robar a la casa de una dominatriz, de quien se enamora y con quien tiene una relación tortuosa marcada por los celos; por el otro, un galo de clinejas y largos bigotes, bajo de pecho, bonachón y que con fuerza sobrehumana protege a su aldea junto a Astérix, su mejor amigo.

La dilatada y compleja trayectoria cinematográfica de Gérard Depardieu (Chateauroux, Francia, 1948) puede situarse entre estos dos papeles; el atormentado Oliver de Maîtresse (1975), película que exploró sin tapujos el mundo BDSM cuarenta años antes que la edulcorada Fifty Shades of Grey, y el caricaturesco (en el buen sentido del término) Obélix de Astérix & Obélix contre César (1999) que se convirtió ese año en la película más vista en Francia, por encima de las mediáticas Tarzán y Star Wars: Episode I - The Phantom Menace.

Su carrera ha sido un constante movimiento entre distintos, y en muchos casos opuestos, registros. A veces desde la apuesta por explorar temas tabús o por intentar nuevas cosas en ese espacio que a veces se vuelve tan convencional como la pantalla; en otras, jugando a la comedia y la autoparodia. En otras, respondiendo a las inevitables exigencias comerciales, como su participación en 102 dálmatas.

Ha asumido el riesgo de interpretar a personajes históricos, como al escultor Rodin en Camille Claudel (1988), Cristóbal Colón en la cinta de Ridley Scott 1492: Conquest of Paradise (1992) o el cocinero Vatel en la película que inauguró el Festival de Cannes en 2000.

De igual forma, ha acercado a personajes emblemáticos de la literatura a la pantalla, entre los que se pueden contar al repulsivo Tartufo en Le Tartuffe (1984), que además dirigió; el epicúreo Porthos de The Man in the Iron Mask (1998) y, por supuesto el premiado Cyrano de Bergerac, de la película homónima de 1990.

Hoy por hoy, se considera la figura más importante del cine francés; junto a Juliette Binoche y Jean Reno, es de los pocos que han tenido éxito y reconocimiento a ambos lados del Atlántico. Precisamente en ese otro lado, que a veces tiene criterios tan dispares y es tan poco propenso a la novedad y el cambio, logró una nominación a los premios Oscar por su papel en la mencionada Cyrano de Bergerac.

Como actor y productor, e incluso en las raras ocasiones que ha estado detrás de cámara como director, Gérard Depardieu ha tomado riesgos; ello ha supuesto éxitos y fracasos a partes iguales, pero sus capacidades histriónicas, la fuerza y beligerancia que imprime a sus personajes, lo han hecho crear un registro propio, ese registro que, aunque lleve una máscara de cuero o un casco con clinejas, siempre será único.

Esta noche y mañana, con acompañamiento musical de por medio, el gigante bonachón sacará del baúl de los personajes aquellos que le parecen más trascendentes y uno a uno los irá compartiendo con los espectadores en esa rara forma de intimidad que es la actuación.

Gerard Depardieu estará presentando su unipersonal los días 14 y 15 de diciembre, a las 9 pm, en el auditorio del Pentagonito + info