Tuve la satisfacción de haber compartido un país y una época con Germán Dehesa, él se nos adelantó esta tarde en la Cd. de México y seguramente rompiendo las leyes de la vida se marchó con los olores, colores, sonidos y sabores de su terruño.
Fue ayer que me enteré que le habían detectado cáncer, y aunque el mencionó que todavía le quedaba cuerda para rato, al verle en silla de ruedas me entristecí por él, estar postrado o encadenado a una silla es mortal para quien tuvo un espíritu indomable.
Hombre de letras, así que nos hará falta, su columna en los principales periódicos deja un hueco difícil de llenar, ¿ahora quien preguntará “y como durmió XXXXXXXLn Montiel”? Así mismo, y como te lo llegué a comentar por email en algunas ocasiones, disfruté enormidades sus libros, gracias por las respuestas que en su momento me brindaste, a pesar de que preferías contestar solo correos al sexo opuesto.
Hombre enamorado de las mujeres, que delicia haberles escrito y hablado como el lo hizo.
Hombre de sobrenombres a sus seres cercanos y queridos, ahora quien los bautizará con esa gracia que tuvo.
Descansa Germán, espero que entre tus recuerdos que hoy te llevaste hayas dejado el de “México salvaje”, eso no tiene caso, al final la vida de esos delincuentes que nos acosan no valen un buen pedo tirado al atardecer en el malecón de tu Veracruz, son mierda que ni a eso llegan.
Descansa en paz, amigo y si tienes a bien préstanos tus musas, que hay tanto mal político a quien no debemos dejar descansar, al menos que no disfruten en paz lo que nos roban.
Hasta la vista…