Me ha hecho mucha ilusión reencontrarme con las manos regordetas de mi niña y las gafitas que llevaba por entonces, no me he podido resistir. Os narro como fue esto de germinar garbanzos y lentejas porque, viendo las fotos, me acuerdo perfectamente del proceso.
Con toda mi ilusión compré unos yogures de tarro de cristal, los mismos que compró mi madre cuando me tocó hacer esta misma actividad cuando yo era pequeña. Con el ansia viva de empezar nos zampamos los yogures según llegamos a casa.
Como habéis visto en la primera foto se necesita poca cosa: un tarrito de cristal (para dejar pasar la claridad), agua, algodón y legumbres, en nuestro casos probamos con garbanzos en un tarro y lentejas en otro.
El tema de la jeringuilla fue una buena opción para gestionar la cantidad de agua que debía caer sobre el algodón. Los niños se emocionan mucho con esto del agua y se suelen pasar así que de esta manera ella era autosuficiente y yo no sufría por el ahogamiento de las futuras plantitas.
El secreto del éxito (que no es gran cosa) es que el algodón esté mullidito, que no cubra del todo la legumbre y que esté situado en un lugar de la casa donde haya claridad (que no de el sol directo).
Otro detalle importante es que, desde el principio, los niños puedan ver la legumbre a través del cristal. Si os fijáis al tercer día ya se podían apreciar los primeros brotes tanto en los garbanzos (más discretos) como en las lentejas.
LittleAna alucinaba, le gustaba mucho llegar del cole e ir al carrito donde estaban colocadas para observar la evolución. A mi me pasaba igual, casi me compro un sombrero de paja de lo hortelana que me sentía.
Al décimo día los garbanzos ya habían espabilado y ambos brotes superaban con creces la altura de los tarros. Ana estaba muy orgullosa, recuerdo que le gustaba acariciar las hojitas.
Bueno, espero que os haya gustado el post remember. Probad a hacer esta actividad con los niños, ya veréis que regresión a la infancia.
Este post me ha recordado al experimento de la cebolla, a lo mejor me animo con Ana y os lo cuento en un par de años. See you later alligator!