Antes del verano por ejemplo, planteé un escenario muy alcista para el Ibex, que resultó totalmente fallido. (ver "El ibex podría no esperar a septiembre para subir fuerte"). La idea era sencilla: en este gráfico vemos el banderín de consolidación que se rompió al alza, y me permitió plantear una continuación alcista por encima de los 12.000 puntos, apoyándome en una figura de "fallo & giro" que se dio no sólo en el Ibex, sino también en los principales índices europeos.
En el gráfico del DAX por ejemplo se puede ver la perforación alcista en julio (superando los 11.400 puntos), después del amago de caída libre por debajo de los 10.800-10.900 puntos, que es lo que constituye la figura de fallo & giro de la que hablo a menudo. Esta figura (como todas), es cuestión de probabilidades (y no de certezas), y como todas, debe gestionarse. Para empezar, es una pauta que como mínimo, proporciona un segundo rebote posterior, que en este caso es el tramo BC (flecha verde).
Fíjense en que ese tramo alcista (la flecha verde) que llevó al DAX de 11000 a 11600 puntos a finales de julio y principios de agosto, no se produjo en el gráfico del IBEX, haciendo saltar las alarmas de una debilidad relativa destacada en nuestro mercado: el IBEX se limitó a moverse en LATERAL alrededor de los 11.200 puntos mientras el DAX y el CAC rebotaban.
¿Qué pasó? Este rebote inexistente en el Ibex fue un indicio de que "algo no iba según lo previsto". Después de esa fase lateral en el ibex entre el 27 de julio y el 11 de agosto, llegó la ruptura bajista, en forma de gap bajista de 100 puntos el 12 de agosto, después del cual tuvimos 4 velas negras consecutivas (con gaps alcistas de apertura que mantenían el precio en lateral). El desenlace fue sin sorpresas: la debilidad relativa se tradujo en desplome cuando el resto de bolsas se giraron hacia abajo.
Lo importante es que tuvimos un pequeño rebote en los índices europeos después de la figura de Fallo & Giro, pero no en el Ibex. Aún así, el Ibex lanzó unas señales de debilidad muy relevantes, que nos invitaron progresivamente a abandonar la idea del escenario alcista planteado.
Todo esto pone de relieve la imperiosa necesidad de saber gestionar escenarios, en vez de "apostar" y esperar.
Mucha gente se plantea la inversión como una apuesta en la que sólo se pueden dar dos resultados: ganar o perder. Pero eso es una visión simplista equivocada.
La vida es un permanente escenario de prueba y error, donde nos vamos adaptando y vamos aprendiendo todos los días, relacionando nuestros actos y decisiones con sus consecuencias. El ser humano es un observador y analizador del milagro y misterio de la vida y el universo. Lo mismo debe aplicarse a la bolsa: nada de apostar al rojo, y esperar dos meses a ver si el Ibex ha subido los 1000 puntos que esperábamos para saber si hemos ganado o hemos perdido dinero. (Con la salvedad de las opciones, que nos permiten construir escenarios complejos donde podemos esperar a vencimiento, aunque también ahí es aconsejable hacer labor de gestor e ir adaptando nuestra cartera de opciones o nuestra estrategia inicial).
El problema es que la naturaleza "jugona" del ser humano que se aplica tan bien al mundo de las apuestas, es la misma que tiende a imponerse en la bolsa. Cuando apostamos a un partido de fútbol, no se nos ocurre modificar esa apuesta según se va desarrollando el partido, añadir nuevas apuestas (a favor o en contra de la idea inicial, por ejemplo, si marcan un gol en contra pero seguimos pensando que nuestro equipo ganará el partido), o cerrar la apuesta antes del final del partido.
En realidad el ser humano no se plantea esa gestión dinámica de escenarios, y además, no comprende bien el concepto de probabilidad, sino que al contrario, tiene a pensar en modo binario: blanco o negro. Cuando le decimos a alguien que la probabilidad de subida es del 70%, la tendencia humana es pensar que eso significa que va a subir, es decir, 100% de subida.
Cambio de tendencia en el oro y plata
Para ilustrar el concepto de gestión, voy a hablar de la situación actual en el oro y plata, y en otras materias primas como el café y el azúcar. ¿Cómo jugar ese posible rebote del que ya empiezan a hablar muchos?
Pues poco a poco. Son palabras sencillas, pero que encierran mucha sabiduría. Se trata de explotar nuestro escenario, es decir, GESTIONARLO. Añadir posiciones a medida que se va confirmando, y reduciendo cuando ocurren cosas que no encajan, aunque para eso hay que saber qué son esas cosas, y también en qué momento tenemos confirmación (para añadir). Todo eso yo lo hago con el gráfico, usando mi enfoque técnico.
En cualquier caso, insisto en que siempre hay que ser defensivo: haciendo bien las cosas, llegarán los beneficios, no como objetivo ni obsesión permanente, sino como consecuencia. No puedes jugar todo tu patrimonio a que haya un rebote del oro o de la plata.
En el gráfico anterior del oro en velas semanales podemos ver que ha caído la resistencia de los 1.160$, un nivel técnicamente muy relevante: son mínimos locales desde nov-2014, y por ahí pasa también la MME30 (media de 30 semanas) y la directriz bajista más reciente, que acaba de superar al alza. Es decir, tenemos un nivel de resistencia en ese nivel según tres técnicas distintas: media móvil, mínimos/máximos locales y directriz de tendencia.
¿Hasta dónde puede rebotar? En 1270 tiene el primer retroceso Fibonacci, y en 1390$ está el más importante, el del 38% de toda la caída que acumula desde 2011 (y que a su vez es sólo una corrección dentro de una tendencia de largo plazo). Esto son niveles orientativos: aquí lo importante es que planteamos un rebote potencialmente importante, y queremos saber cómo sacarle provecho con un riesgo controlado.
Sin gestión, lo que haríamos es comprar y colocar un stop por debajo de los 1100$ (último mínimo local). Eso implicaría una pérdida del 6%, a comparar con el beneficio del 18% en caso de que "acertemos" y se produzca un rebote hasta los 1390$. No está mal, pero... ¿y si se produce un escenario intermedio? Es decir, ¿qué pasa si se para en 1.300$ por ejemplo?
La clave es capitalizar beneficios, y para eso es fundamental realizar un análisis minucioso de los niveles clave que se van marcando. Lo primero, es haber entrado bien, es decir, antes de la ruptura de los 1.160$ en gráfico de velas semanales.
Empezar haciendo las cosas bien siempre facilita seguir haciéndolas todavía mejor.
En el gráfico anterior he marcado algunos de los niveles que podrían frenar el precio a lo largo de la subida. Lo ideal es comprar en recortes, es decir, en caídas de corto plazo (usando el gráfico de velas diarias), siempre que en gráfico semanal siga evolucionando favorablemente.
Imaginen esta secuencia:
1. Compro a 1.150$. Después, supera la resistencia 1.160 y sube hasta los 1.220.
2. Recorte de corto plazo, y compro a 1.190. Después, supera la resistencia 1.220, tras lo cual veo que empieza a coger velocidad.
3. No espero mucho, y añado otras pocas (la mitad de lo normal) en cuanto hace un pull-back hacia los 1.220$.
4. Sigue subiendo hasta los 1.290$. Sigo analizando el gráfico a diario, y creo que todo va bien, no hay señales para desconfiar. Así que en un recorte hacia los 1.270$, vuelvo a comprar unas pocas, anticipándome a la ruptura de los 1.290$.
5. En esa ruptura lo vigilo de cerca. Si puedo, añado otras pocas, y si no, pues aguanto ya el tramo final de lo que queda, que es cuando más voy a ganar, porque estoy bien cargado.
Por supuesto, esto es sólo un ejemplo de entre los miles que se pueden producir, pero me sirve para ilustrar lo que es la gestión. Obviamente, todo depende de nuestra habilidad para ir confirmando o invalidando nuestro escenario en base a lo que haga el precio. Esto es algo complicado, pero la idea esencial está ahí: debemos operar con prudencia, con cautela, pisando el acelerador según vamos teniendo razón, y frenando si el mercado nos quita la razón. En cualquier momento se puede producir algo inesperado y echar por tierra nuestro escenario.
Para salir hay que hacer lo mismo: en cuanto veamos algo que no encaja (por ejemplo, la perforación de un mínimo local reciente, que rompe la secuencia alcista de máximos y mínimos locales crecientes), tenemos que vender una parte. Si no hay rebote, y la cosa se sigue torciendo, vender otro trozo. Y si además cae otro soporte de corto plazo, pues otro más, y así hasta vender el último trozo de la posición global. Para vender, la progresividad tiene que ser menor, es decir, hay que ir más rápido: en cuanto veamos cosas que no nos gustan, hay que salir. Lo ideal es no mantener posiciones donde no tengamos muy claro que merece la pena estar. Asumir riesgos porque sí no tiene sentido.
Alguno pensará que así es difícil pegar un pelotazo, porque nunca compraré a 1.140 para vender a 1.390. Y es totalmente cierto. El objetivo de un buen gestor no es pegar un pelotazo, sino GESTIONAR. Y para eso debemos mantener siempre una estrategia defensiva.
Con este enfoque PROGRESIVO, si se cumple nuestro escenario inicial de subida hacia los 1.390$ (insisto que es un nivel orientativo para ilustrar este post sobre gestión), nuestro precio medio de compra puede estar en torno a los 1.220$-1240$, lo cual sigue estando bien, pero sobre todo, nos permite tener el riesgo controlado. Hemos ido comprando más a medida que teníamos un colchón, lo cual es importante económica y psicológicamente.
Para terminar, os dejo los gráficos de la PLATA, el AZÚCAR y el CAFÉ (ETFs), insistiendo en el carácter conceptual de este post, obligatoriamente simplista y esquemático, donde prentendía simplemente dar un paso más allá del típico análisis o escenario, hablando de algo que es importante para cualquier cartera: la gestión dinámica de nuestras posiciones. Aquí sólo he hablado de UNA posición (el oro), pero en realidad esto es algo que debemos hacer con el conjunto de nuestras posiciones, calibrando igualmente el riesgo sistémico global.