Gestión de RRHH en Positivo vs Gran Hermano

Por Eandres
Escucho en una tertulia de la radio que dos concursantes de Gran Hermano ('El Feroz' y Flor) han sido expulsados de la casa por hacer edredoning ‘sin sentir’, sólo con la intención de “dar que hablar en los programas de televisión para conseguir más platós y más bolos”.
El programa Gran Hermano no pone ninguna pega a practicar sexo en la casa. Pero considera que ‘atenta’ contra la esencia del reality hacerlo ‘sin sentir’. No es que sea necesario que estén enamorados, se acepta practicar sexo sólo por placer, pero es requisito que ‘lo sientan’ (¡!).
Uno de los tertulianos del programa de radio que estaba escuchando apuntó: “imaginaos que una empresa no sólo exigiera a sus empleados trabajar, sino que se atentara contra ella si lo hicieran si sentir”.
¿Y no es ese uno de los principales retos actuales de las áreas de Recursos Humanos? Desarrollar el compromiso de las personas de nuestras organizaciones: favorecer la creación de relaciones, vínculos e interacciones entre ellas; conseguir que compartan y asuman como propios los objetivos de negocio; en definitiva, ‘que lo sientan’.
Las organizaciones que consiguen altos niveles de compromiso registran también altos niveles de desempeño y productividad. Pero, ¿cómo conseguirlo? Desde luego, no como en Gran Hermano, expulsando a los que no ‘lo sienten’; sino trasformando la gestión tradicional de Recursos Humanos en una gestión de recursos humanos en positivo
Gestionar Recursos Humanos en Positivo (RH+) supone poner a las personas en el centro de la organización y contemplarlas de forma integral, tanto desde el plano profesional como humano, destinando medios para maximizar su productividad y su bienestar, integrando elementos organizativos (estrategia, estilo de dirección, etc.), con el objetivo de crear un proyecto ilusionante donde ganemos todos: clientes, accionistas, empleadores y empleados.
Poner a las personas en el centro implica conocerlas: (utilizando el leitmotiv de este post) saber qué es lo que sienten y cómo lo sienten; es decir, con qué están comprometidas y en qué grado están comprometidas.
Para ello, es necesario tener una métrica que nos permita valorar el grado de compromiso de cada persona y si, por ejemplo, es un compromiso sólo con la tarea que realiza esa persona.
Siguiendo el modelo del Diamante del Compromiso, cada persona de nuestra organización puede estar más o menos comprometida profesionalmente en función de su satisfacción con aspectos relacionados con su tarea, con su retribución, con el estilo de dirección de su superior, con su relación con los compañeros y/o con los valores de la propia organización. Como apunta Ángel Martín en el post Las ‘Cs’ del Compromiso: “tener un alto grado de satisfacción en estas cinco dimensiones nos llevaría a estar altamente comprometidos con nuestra vida profesional”.
¿Creéis que, a la hora de echar a los dos concursantes, la Dirección de Gran Hermano los habrá contemplado de forma integral? ¿Habrá tenido en cuenta si compartían y asumían como propios los objetivos del reality? ¿Habrá medido en qué grado estaban comprometidas con el programa o si lo estaban sólo con alguno de sus aspectos, por ejemplo, sólo con la retribución o sólo con sus compañeros?