Muchas personas hoy en día utilizan medios sociales tan solo para estar al día y encontrar información valiosa y de interés , otros para evadirse un rato “chateando” con amigos 2.0, otros en cambio han encontrado el perfecto escaparate donde “lucir sus plumas” y unos cuantos más los utilizamos por motivos de trabajo, aunque también por supuesto para todo lo anterior.
Pero el problema surge cuando el tiempo que dedicamos a estar online sin darnos cuenta se nos escapa de las manos.
Quién no ha abierto una pantalla de ordenador o simplemente su dispositivo móvil para consultar algo y se ha visto inmerso en horas de trastear, hablar o simplemente engancharse en la lectura de una artículo, que no sabemos cómo nos ha llevado a otro y así hemos entrado en un bucle infinito encontrándonos con un montón de pestañas abiertas, o hemos pasado de responder un mensaje de Whatsapp, a ver ese tuit tan interesante de un amigo que incluye un estupendo vídeo de youtube o enviarlo a favoritos, etc.
Total que el tiempo ha pasado, miramos el reloj y la tarea pendiente sigue sin hacer o simplemente hemos quedado y llegamos tarde a la cita.
Por ello, debemos establecer unas pautas de trabajo precisas que no nos resten efectividad, tanto si trabajamos en Social Media como si nos dedicamos a cualquier otra actividad.
Lo más importante es establecer unas normas de comportamiento diarias y sobre todo tener claro para qué las vamos a utilizar.
- Tras la ducha y el desayuno nos enfrentamos a un nuevo día que normalmente comienza con prisas (primer error, intentemos levantarnos un poquito antes para poder hacerlo más relajado, la mente y el corazón nos lo agradecerá)
- Una vez que estamos listos podemos aprovechar los transportes hasta el trabajo para poner al día nuestras redes (ojo he dicho transporte pero siempre y cuando no seamos los conductores) y cuidado si vamos andando mientras miramos nuestro móvil, más de uno se ha estampado contra una farola o ha pisado una baldosa rota y luego vienen las consecuencias.
- Una vez en el puesto de trabajo hemos de planificar el trabajo a realizar.
- Si no nos dedicamos al Social Media, recomiendo silenciar los avisos de las redes sociales, WhatsApp, Line. Simplemente dejar activado el tono de llamada telefónica, así no nos distraeremos cada vez que suene el “plin” y tengamos la tentación de abrirlo.
- El correo electrónico personal hay que mantenerlo cerrado y silenciado, tengamos activa únicamente la cuenta profesional de la empresa. Cuando llegue la pausa del café o ese segundo desayuno que algunos tienen el lujo de poder disfrutar, será el momento de consultarlo.
- De vuelta al trabajo centrémosnos de nuevo en la tarea y olvidemos que existen las redes sociales hasta la hora de la comida, aunque si comemos con clientes, compañeros de trabajo o amigos, deberíamos abandonar de una vez por todas la mala costumbre de fotografiar lo que vamos a comer para colgarlo en Instagram (a no ser que nos dediquemos profesionalmente a la gastronomía), responder a los que nos han dejado un comentario en el checkin de foursquare, o entablar una conversación con cualquiera que esté desocupado en ese momento, ya que no tendrá otra cosa que hacer y nos estará hablando constantemente. Si un día nos paramos a observar comportamientos en la mesa de al lado veremos la mala impresión que da y desde luego no hay nada mejor para comprenderlo, que experimentar lo que se siente cuando alguien lo hace con nosotros.
- Si estamos comiendo acompañados disfrutemos del momento ya que muchas veces nos lo perdemos porque realmente no estamos donde tenemos que estar.
- Una vez terminado el trabajo es el momento de trastear todo lo que queramos eso si, siempre que estemos solos y abandonemos de nuevo el hábito cuando lleguemos a casa si la familia está esperándonos. No hay nada peor que tener enfrente a alguien mirando una pantalla del ordenador con una amplia sonrisa, porque vete tu a saber que le están contando, que no nos hace ni caso.