Una mala gestión del tiempo afecta de forma negativa y directa al agente inmobiliario en sus competencias profesionales, como también repercute de forma altamente negativa a los intereses de la agencia inmobiliaria, comprometiendo incluso su nivel de productividad y afectando así su rentabilidad.
La gestión del tiempo efectiva es uno de los pilares organizacionales más importantes para la agencia inmobiliaria como empresa, y por supuesto cómo cada agente inmobiliario gestiona su propio tiempo será determinante en tal sentido. Una mala gestión del tiempo por parte de la agencia inmobiliaria o del agente inmobiliario, traerá como principal consecuencia un bajo nivel de eficiencia y, derivado de ello, se reflejará un bajo nivel de productividad. Como siempre, procede valorar a la agencia inmobiliaria como una organización, y desde ahí comenzar a trabajar sobre las individualidades, representadas en éste caso por cada agente inmobiliario, para así lograr una repercusión positiva a nivel organizacional. Si un solo agente inmobiliario vinculado a la inmobiliaria no logra gestionar de forma eficiente su tiempo, ello repercutirá de un modo u otro de forma negativa en la organización, es decir en la agencia inmobiliaria.
El agente inmobiliario, como tantos otros profesionales de diferentes áreas, tiene que valorar un factor determinante en lo referido a la gestión del tiempo, su horario laboral no termina ni mucho menos cuando la agencia inmobiliaria cierra sus puertas. El horario de atención al publico establecido por la agencia inmobiliaria no es el horario laboral del agente inmobiliario, porque su teléfono seguirá sonando aún cuando las puertas de la inmobiliaria estén cerradas.
Principalmente a nivel de la agencia inmobiliaria se han extendido una serie de falacias relacionadas a la gestión del tiempo, las cuales por mucho que se repitan no significa en modo alguno que éstas sean válidas y mucho menos verdades absolutas. Para desmantelar dichas falacias relacionadas a la gestión del tiempo, utilizaremos el camino inverso y sin necesidad de mencionarlas, porque si enumeramos dichas falacias no solo estaremos publicitando las mismas, sino que también las reforzaremos como creencias válidas y la intención es la opuesta.
Un día tiene 24 horas (o casi).
Parece algo absurdo tener que insistir con que todos contamos con el mismo tiempo, aunque ello no parece ser así para algunas personas porque permanentemente están manifestando que no tienen tiempo. El problema para un agente inmobiliario no es que "no tiene tiempo", es que no sabe cómo gestionar su tiempo de forma efectiva, y por supuesto que deberá aprender a hacerlo para lograr su máximo nivel de productividad profesional.
Una cosa es la teoría del tiempo y otra es la práctica.
Muchas personas saben que tienen que realizar una determinada tarea, son conscientes de ello y de su importancia, sin embrago posponen el entrar en acción para llevarla a cabo. Aquí no solo encontramos el gasto de energía innecesario en pensar sobre la importancia de hacer algo en concreto sin terminar haciéndolo, también nos enfrentamos a un elemento muy frecuente de detectar relacionado a una mala gestión del tiempo, el posponer hacer las cosas. El agente inmobiliario que pospone sin argumento no logra sus objetivos de forma eficaz.
Es solo cuestión de establecer prioridades.
En modo alguno una efectiva gestión del tiempo solo puede basarse en establecer prioridades, aunque el establecerlas desde luego es algo muy importante, una gestión del tiempo verdaderamente eficaz requiere de valorar otros elementos. Planificar, delegar e implementar de forma efectiva, facilita en grado sumo la tarea de gestionar el tiempo de forma eficiente para un agente inmobiliario.
Perder tiempo es perder dinero.
Tanto para una agencia inmobiliaria como para un agente inmobiliario, perder el tiempo o gestionarlo mal representa perder dinero, así de simple. Una mala gestión del tiempo por parte del agente inmobiliario significa un bajo nivel de productividad, y tanto para él como para la agencia inmobiliaria ello representa menos venta de propiedades y por ende menos ganancias económicas.
La agenda marca solo el calendario.
El agente inmobiliario por tendencia suele utilizar una agenda para organizar sus actividades, y ello desde luego es una herramienta de gran utilidad, el punto es que la agenda solo no basta para una gestión del tiempo efectiva. Una agenda marca las tareas a realizar en un día y hora en concreto, no refleja las tareas que dicho agente inmobiliario debe realizar fuera de calendario, y por ello procede utilizar otras herramientas para ordenar las tareas que se deben llevar a cabo.
Ordenar es la primera fase de planificar.
Una agencia inmobiliaria ordenada es una inmobiliaria productiva, y si cada agente inmobiliario coge como principio de gestión profesional el orden como un valor, se estará en condiciones de poder comenzar a planificar una gestión del tiempo efectiva. Planificar es el primer paso para una efectiva gestión del tiempo, y la planificación no se consigue en un contexto de desorden, al contrario.
Las distracciones son interrupciones.
Cualquier distracción que un agente inmobiliario tenga solo permitirá que pierda su foco de atención, y por añadidura posteriormente deberá realizar un esfuerzo extra en retomar su nivel de concentración en la tarea. Una cosa es distraerse como forma de reducir el nivel de estrés, y otra muy diferente es interpretarlo como una vía de evasión o como excusa, lo cual termina por perjudicar.
Delegar no es desentenderse.
El agente inmobiliario debe aprender a delegar y a depender de las acciones de terceras personas, eso es algo que tiene que tener bien claro y, al mismo tiempo, no ser impedimento para que su nivel de efectividad o productividad se vea afectado en modo alguno. La clave es saber en quién delegar algo, cómo hacerlo y sobre todo cuándo las circunstancias exigen que se deba delegar una tarea en concreto a otra persona.
La memoria es un arma de doble filo.
La memoria es una herramienta, la cual depende directamente de nuestra mente y se condiciona por nuestro inconsciente, casi nada. Por mejor memoria que un agente inmobiliario pueda tener, siempre será mucho más efectivo si registra también la información por otras vías, porque ello le permitirá no solo evitar el "olvido", también le facilitará el procesar dicha información de forma más eficiente y con ello logrará una mejor gestión del tiempo.
Mejor concentrados en una cosa que en dos.
Por más que se puedan realizar varias tareas de forma simultánea, nunca lograremos el mismo nivel de efectividad como si nos dedicáramos específicamente y por separado a cada una de ellas. Si bien es cierto que nuestra mente nos permite realizar varias tareas de forma simultánea, lo que queda en entredicho es el nivel de efectividad que eventualmente podamos conseguir al hacerlo. Para un agente inmobiliario es mejor estar concentrado en una tarea específica que intentar hacer varias cosas al mismo tiempo, así logrará un mayor nivel de eficacia y productividad.
Muchas horas de trabajo y poca productividad.
La productividad y el tiempo no necesariamente se corresponden, y es frecuente encontrar en el ámbito de la agencia inmobiliaria personas que trabajan muchas horas y producen poco. El agente inmobiliario que se jacta de trabajar muchas horas o de que sus jornadas son interminables, solo está diciendo que no sabe gestionar satisfactoriamente su tiempo, salvo claro que sus logros sean la evidencia de que su nivel de productividad es más que elevado, aunque independientemente de ello es síntoma de que algo se debe modificar.
Las falacias anteriormente descritas relacionadas a la gestión del tiempo de modo inverso, es decir sin mencionarlas para no reforzarlas como creencias negativas, se convierten para una agencia inmobiliaria y para el agente inmobiliario en elementos altamente limitadores, negativos profesionalmente y perjudiciales a nivel empresarial desde lo económico. Una gestión del tiempo efectiva se refleja cuando el agente inmobiliario no necesita invertir más horas de las estrictamente necesarias en su trabajo, y por supuesto logrando los mismo o mejores resultados que si estuviera invirtiendo más horas en tales menesteres.
El gran problema de no lograr una efectiva gestión del tiempo, no solo repercute a nivel profesional para el agente inmobiliario, también ello condicionará negativamente su vida personal con todo lo que ello implica. Incluso una mala gestión del tiempo puede eventualmente estar vinculada al estrés, algo que todo agente inmobiliario debe lograr gestionar satisfactoriamente para lograr el máximo nivel de productividad posible. El estrés para el agente inmobiliario surge frecuentemente de no saber gestionar el tiempo de forma eficiente, y cuando hacemos referencia al estrés lo hacemos directamente a éste como una enfermedad. El estrés para el agente inmobiliario tiene consecuencias altamente negativas para su salud y desde luego éste afectará también de forma negativa su nivel de productividad.
Cuando un agente inmobiliario manifiesta "no tener tiempo" o estar "con muchas cosas en la cabeza", significa que no está gestionado su tiempo de forma eficiente; porque todos tenemos las mismas horas del día a nuestra disposición, la gran diferencia entre unos y otros es precisamente cómo gestionamos nuestro tiempo. Para lograr una gestión del tiempo efectiva, procede analizar una serie de factores de forma diferencial para así lograr entender las claves de su entramado, y por ello en próximos artículos abordaremos nuevamente la gestión del tiempo para el agente inmobiliario.