Gestionar una derrota

Publicado el 17 junio 2014 por Joseluisortin
En singular. Porque singular fue la media hora del desastre de nuestra selección contra Holanda. En la hora de las lenguas largas, aquellas que han  aprovechado un evidente mal partido para sacar el hacha y tratar de podar al equipo de Del Bosque de un modo inmisericorde, es cuando la serenidad de nuestro seleccionador debe influir en su conocimiento para relativizar lo sucedido y sacar las conclusiones oportunas.
Partiendo de que a veces el fútbol es cuestión de detalles, si nos fijamos en los momentos clave del nefasto encuentro hallaremos algunos fundamentales. ¿Qué hubiera ocurrido de acertar Silva en el que pudo ser el dos a cero? Pues me atrevo a afirmar que posiblemente la misma película pero al revés. Con toda una segunda parte para volcarse sobre España prescindiendo de su rigor defensivo, es muy probable que a Holanda también se le hubieran visto sus costuras. Y aunque eso nunca lo sabremos sería bueno que alguien convenciera de ello a nuestros jugadores. Es solo un apunte.
Como también lo es el accidente de Casillas en el gol que le regaló a Van Persie. O que el árbitro no señalara la falta que le hizo el mismo en el segundo gol encajado. Tanto el dos a cero que no fue como estos últimos son de esos detalles que marcan el desarrollo de un partido. Ni Robbenes Messi ni Blind Roberto Carlos, no nos engañemos. Son buenos jugadores, sin duda, pero salvando al delantero centro reseñado, que es un grandísimo goleador, ninguno de ellos optará al balón de oro nunca. Así como tampoco nuestra selección es tan mala como ahora dicen algunos. No es la de hace cuatro años, claro está, porque el tiempo pasa para todos; pero sigue siendo un magnífico equipo que ojalá podamos disfrutarlo aún en este Mundial. Otra cosa es que, además, varios jugadores que deberían ser claves no han llegado en la forma idónea a esta competición. Pero ni ellos ni seguramente quienes podrían sustituirles.  Y tal vez alguno que sí lo podía haber hecho no ha ido por lesión.  
Vamos a ver, Casillas lleva un año jugando poco y con ciertos pájaros personales en la cabeza que influyen hasta en su semblante habitual. Y eso no es bueno. Xavitiene el mismo fútbol excelente de siempre en su cabeza pero ya no en sus piernas, como Xabi. Y eso se nota mucho. Piqué está lento y ha perdido la capacidad de anticipación que siempre ha lucido. Y eso produce un roto en el centro de la defensa por donde se pierde también Ramos. Cuando se notan esas cosas uno se acuerda de Valdés, Thiago y Pujol, por decir imponderables. Porque ahora no vale aquello que pienso, como dije, de que Diego López es el portero español más en forma en este momento. Como también sería oportunista decir que Javi Martínez es quien debería haber jugado junto a Ramos, o en el medio campo en lugar de Busquets, que ha jugado a medio gas casi toda la temporada; y que Azpilicueta no tiene el nivel exigible para ser titular en este equipo estando Juanfranen el banquillo o Carvajal de vacaciones. Sería, en todo caso, un suplente para una emergencia por su polivalencia en los dos laterales.
De la misma forma que sería discutible afirmar, como hago, que con el navarro, los dos centrales y los dos medios centros, España juega con cinco defensas y eso se me antoja demasiado rácano para un equipo con la capacidad de juego de España. Ni pusimos por ello al interior que en un momento es delantero centro y que ayuda mucho a Xavi e Iniesta, caso de Cesc, o a un extremo goleador que ayudara al trabajo destajista de Costa, como es Pedro, o a incluso Torrespor detrás. Discutible porque cada cual tenemos nuestra idea de fútbol.
Y acabo por donde empecé porque le supongo a Del Bosque infinitamente más conocimientos de fútbol y de los seleccionables que podamos tener muchos. El cinco a uno es más escandaloso que reflejo de lo que fue el partido. Un escándalo que ayuda a obnubilar las mentes de demasiados que ya ven a España como un pelele rodeado de gigantes futbolísticos. Y no es así ni por asomo. Como ejemplo el fracaso que pudo sufrir la favorita Brasil de no mediar un mal árbitro. Los chicos del ínclito Scolari, salvo destellos de Neymar, hicieron un partido penoso. Y Croacia no es Holanda.