Revista Cine

Ghost Dog: The Way of the Samurai. El homenaje de Jarmusch a sus referentes.

Publicado el 14 abril 2012 por Jongs @JonGS
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Ghost Dog: The Way of the Samurai (Jim Jarmusch, 1999) es una película marcada desde el inicio por las acertadas composiciones que RZA de Wu Tang Clan realizó específicamente para este proyecto. Entre ellas destaca el Opening Theme de título “Raise your Sword”. Una vez terminada la película y todavía sin banda sonora Jim Jarmusch se puso en contacto con RZA a quien no conocía personalmente y le pidió     que encargara de la banda sonora. Y decididamente la música se complementa muy  bien con la historia del solitario Samurai interpretado por Forest Withaker

Es evidente que la influencia de Jean Pierre Melville esta presente tanto en esta historia como en la mas reciente Drive (Nicolas Winding, 2011). Sin embargo, ambos guiones encuentran su respectivo camino al lograr contar historias similares con diferentes estilos y de manera eficaz. En oposición a otros directores que no reconocen las influencias de sus películas, Jim Jarmusch es muy claro al hablar de ello e incluso se permite criticar a Quentin Tarantino por este tema. Otra de las referencias directas de Jarmusch para esta historia es la del director japonés Seijun Suzukiy su obra “Koroshi no Rakuin, 1967”.En los títulos de crédito podemos ver que Jarmusch da las gracias personalmente a Akira Kurosawa, Jean-Pierre Melville, Seijun Suzuki y Miguel de Cervantes entre otros.

Ghost Dog (Forest Whitaker) es un personaje hermético que vive en el ático de una ciudad industrial estadounidense con la compañía de decenas de palomas. Su relación con la sociedad es escasa y su único amigo es un vendedor de helados que tan sólo sabe francés. Lo que aparentemente sería una dificultad para el entendimiento entre ellos, diferentes idiomas, curiosamente no lo es. Una vez más el lenguaje se convierte en un tema importante del cine de Jarmusch.

El aspecto que diferencia a Ghost Dog de los demás mortales es que un día se salvo de una paliza de muerte gracias a la ayuda de un gangster italoamericano llamado Louie (John Tormey). Desde ese día, Ghost Dog sólo vive para servirle y trabajar como asesino a sueldo para su jefe; el modo de comunicarse entre ellos es a través de una paloma mensajera y nunca el contacto directo. Lo que también diferencia a Ghost Dog es que vive según las enseñanzas y el código de conducta del Samurai, recogido en “Hagakure: El Libro del Samurai”. Algunos de los preceptos recogidos en este libro actuaran como enlace o separador de los diferentes capítulos y secuencias de la película conforme Ghost Dog los va leyendo. El precepto que abre el primer capítulo dice así:

“The Way of the Samurai is found in death. Meditation on inevitable death should be performed daily. Every day when one`s body and mind are at peace, one should meditate upon being ripped apart by arrows, rifles, spears and swords, being carried away by surging waves, being thrown into the midst of a great fire, being struck by lightning, being shaken to death by a great earthquake, falling from thousand-foot cliffs, dying of disease or committing seppuku at the death of one’s master. And every day without fail one should consider himself as dead. This is the substance of the way of the samurai”.

La vida de Ghost Dog tiene tantas similitudes con Don Quijote como con el propio cine de Jarmusch, personajes que viven en un tiempo no definido y en un escenario no reconocible para un cine lleno de fragmentos descriptivos, anécdotas que se unen para formar un todo. O un nada. Porque como Jim Jarmusch dijo ‘Life has no plot, why must films or fiction?’. Y esta frase es sin duda la síntesis de lo que es su cine.

En Ghost Dog encontramos además una parodia del clásico gangster ítaloamericano, una contraposición entre los valores del Este y el Oeste, referencias a clásicos de la literatura y el humor característico de Jim Jarmusch.


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