‘Ghost Dog: The Way of the Samurai (El Camino del Samurai)’ es una película independiente rodada en 1999, que fue escrita y dirigida por Jim Jarmusch (que os sonará de filmes como ‘Coffee And Cigarrettes’ o ‘Dead Man’), e interpretada por uno de mis actores favoritos de Hollywood ya sea tanto en la faceta de reparto como de protagonista: el grandísimo Forest Whitaker (oscarizado en 2006 por su papel del dictador ugandés Idi Amin en ‘El último Rey de Escocia’).
Desde siempre me pareció un actor que trabaja de forma muy honesta, sincera y directo... Alejado radicalmente de todo lo teatral y recargado en que suelen caer las estrellas del celuloide.
¿Y cómo se sirve a un mafioso? Pues actuando de sicario y asesino profesional...
Sin embargo, pese a la pericia y eficacia que demuestra Ghost Dog a la hora de realizar “los trabajos”, la cosa se acaba complicando demasiado y la familia mafiosa para la que trabaja de forma indirecta a través de Louie se vuelve contra él con la intención de eliminarlo... Ante esta afrenta, Ghost Dog considera que su código personal ha sido traicionado, decide contraatacar y poner en práctica su propio plan siguiendo el recto, leal y siempre fatal camino de los samuráis…
Y es que como bien dice Ghost Dog en una de las secuencias: "el mundo parece estar cambiando a nuestro alrededor".
No voy a engañar a nadie: el ritmo de narración es pausado (casi como al modo de las películas clásicas japonesas a las que Jim Jarmusch rinde tributo y homenaje) pero a la vez muy fluído y no se hace nada pesada o aburrida. A lo largo del desarrollo, la historia se va salpicando con escenas de acción tratadas con bastante finura y estilizadas, con diálogos cargados tanto de humor fino (el trío de jefes mafiosos que están como una cabra) como de fuerte carga reflexiva (la discusión de Ghost Dog con los cazadores), y con algunos momentos que aunque sencillos en su ejecución, son ejemplos de una belleza, encanto y plasticidad increíble (la paloma muerta a los pies de Ghost Dog, los vuelos sobre la zona industrial de New Jersey, la vida nocturna callejera, el pájarillo de la mira telescópica…)
Lo que me gusta destacar de ella es esa capacidad que tiene para sumergirnos en las oscuras y frías calles de New Jersey y a la vez hacernos sentir ese ambiente místico más propio de Oriente. Quien no me crea, ahí tiene este temazo de RZA titulado "Samurai Showdown":
Y no podía dejarme ésta... Una de las canciones de Hip-Hop más sombría, hipnótica, paranoide y casi hasta fantasmagórica que he escuchado en mi vida, "East New York Stamp":
En fin... que si sois un poco inquietos, queréis ver algo distinto y con un resultado final a mi parecer bastante atractivo y que deja poso, ésta es vuestra película: