La historia nos sitúa en una sociedad futurista donde las máquinas y todo lo relacionado con la tecnología tienen un papel y una presencia contínua. De hecho, se ha llegado al punto de poder dotar a los humanos cuerpos cyborgs manteniendo su crebro. La ambientación cyberpunk le viene fenomenal (tiene cierta similitus con la peli de Blade Runner) y los temas morales y filosóficos tienen un papel principal dentro de la historia, ya que se debaten los límites entre lo que es humano y lo que es una máquina.
La protagonista de la historia es un alto cargo de la Sección 9, la ¿teniente? Motoko Kusanagi, una humana en un cuerpo de cyborg (en realidad es 99,9% cyborg). La sección 9 se encarga de investigar crímenes tecnológicos y en este caso, van detrás de un famoso criminal apodado, el titiritero. Este susodicho es altamente peligroso debido a su modus operandi, ya que es capaz de tomar el control mental de un humano, algo que todavía no se había hecho nunca. Pero aquí nada es lo que parece y resulta que el titiritero fue resultado de un experimento del gobierno para el que trabaja la sección 9. LLegados a un punto el titiritero necesita un nuevo cuerpo para tomar conciencia y acaba convenciendo a Kusanagi para que sus aconciencias se fusionen. Kusanagi pretende de esta manera despejar las dudas que la atormentan sobre su propia existencia humana, algo ya cada vez menos habitual en un mundo cada vez más artificial.
La primera peli se hizo en 1995 y a mí me gustó mucho, aunque si desconoces el argumento puede resultar un poco complicada de entender.
Lo principal de esta obra es su estética futurista y los dilemas morales que plantea, ya que no se queda en la simple superficialidad.
"Necesitamos a un humano por que la especialidad aumenta la debilidad. Es una muerte lenta."