Nakachan hace de mujer policia japonesa en una comisaria de barrio. Casada con un marido ejemplar y con un niño que parece medio autista.
Un día, hay un incendio en un edificio. Ya que ella es buena en su trabajo, acude para ayudar. Entra en la casa, y logra salvar a los que estaban dentro, pero muere quemada.
Ella no lo sabe, y cree que sigue muerta, hasta se ve muerta en la camilla del hospital con toda su familia llorándola.
En ese momento, ve a alguien raro intentando quemar otra casa. Como es fantasma, nadie la ve, y puede encontrar a los malos malitos de turno. Pero claro, no se puede comunicar con nadie.
Para esto están los guionistas, y hacen que el niño sea el único que la pueda ver utilizando las gafas que lleva.
A veces me parece ver a la Yankumi (de la trilogía Gokusen) en el personaje de la policia que encarna Nakachan, después de haberse tomado 3 tilas bien cargadas. La relación con el jefe de la comisaría (que es el mismo actor que el director del instituto en Gokusen) me hacen pensar que esta serie es una continuación de Gokusen, en una realidad paralela en la que los dos son pareja secreta y han cambiado las tizas y las hostias por uniformes azules.
Una serie para pasar el rato si no se tiene nada que ver, ya que no miraré su segundo episodio.