Últimamente voy con una de cal y otra de arena. Y eso que sobre esta película iba advertido, ya sabía que era mala, pero aún con todo me atreví con ella para comprobar si superaba en algo a su pésima predecesora. Y he de decir que la supera, porque es aún más mala. Baste decir que me dormí en los 20 últimos minutos, y no me planteo el ponerme de nuevo a ver esos pocos minutos que me faltan para poder terminarla.En esta ocasión son los directores Mark Neveldine y Brian Taylor, los que se ponen tras las cámaras. Vienen de trabajos tan desastrosos como Crank, pero por lo menos su locura gustaba a cierto público. Supongo que esa parte de público ha quedado decepcionada, pues aquí la locura, ha quedado en mera anécdota, si bien su desatinado guión, y un argumento tan pobre, se puede llamar locura.Cage, no da tino, y seguro que sus problemas fiscales tienen mucho que ver, pero joer, en esta peli, ni siquiera intenta parecer convincente. Yo me troncho con las escenas en las que aparece en primera persona, cuando se transforma en ghost rider, ¿hay algo más patético?En cuanto a la sinopsis, pues no merece la pena ni comentarla, pues no tiene ningún sentido, salvo que aparece el motorista en algunas escenas, pelea, y entre medio hay sacerdotes, demonios, y yo que se.Entre los actores, tenemos a Chritopher Lambert, que casi no pasa del cameo, a un Idris Elba bastante desubicado, así como Violante Plácido y Ciaran Hinds. Y de Cage, no hace falta que diga más.En fin no merece la pena extenderse más, salvo para no recomendaros esta película.