Giacomo Casanova, defensor del útero ("Lana Caprina" de Casnova, Hermida Editores 2014) en El Cultural

Publicado el 26 septiembre 2014 por Hermidaeditores

Giacomo Casanova, defensor del útero

Hermida Editores publica Lana caprina, el primer éxito editorial del seductor aventurero, escritor y diplomático, en el que criticaba los prejuicios hacia el intelecto de la mujer


ELCULTURAL.es | 26/09/2014 

En 1772, Giacomo Casanova ya estaba de vuelta de sus innumerables aventuras y conquistas amorosas. Aventurero, diplomático y agente secreto, por entonces había sido encarcelado y expulsado de casi todas las ciudades en las que vivió, y decidió comenzar una nueva etapa en su vida, más sosegada, para entregarse a la literatura. Años antes de que vieran la luz sus famosas memorias, tituladas Historia de mi vida, escribió Lana caprina, del que se imprimieron 500 ejemplares que se agotaron en 15 días. Por su venta se embolsó 30 cequíes de oro, una cantidad nada desdeñable para un escritor primerizo.
En esta obrita de género epistolar, Casanova arremete contra dos libelos escritos por dos jóvenes profesores de Anatomía de la Universidad de Bolonia, Petronio Zecchini y Germano Azzoguidi. Ambos atribuían a la mujer una carencia casi total de raciocinio. El de Zecchini, titulado De la naturaleza de la dialéctica de las mujeres reducida a su verdadero principio, defendía que el útero domina el juicio de las mujeres. El de Azzoguidi, Cartas de Madame Cunegunda de Bolonia a Madame Paquette de Ferrara, era una crítica del primero. Aunque identificaba el órgano femenino con “un animal”, negaba que éste dominara la mente de las mujeres, simplemente porque no existía conexión alguna entre el útero y el cerebro. “Esta ardua polémica, muy de la época por otra parte, animó a Casanova a escribir a su vez una divertida y sólida diatriba contra los dos doctores en Anatomía, que terminó en tres días”, explica en el prólogo Marina Pino, escritora, traductora, periodista y especialista en la obra de Casanova.
Lana caprina toma el título de una frase de Horacio: Alter rixatur de lana saepe caprina (Siempre hay quien discute a propósito de la lana caprina), que significa que siempre hay alguien dispuesto a discutir por tonterías. Lo que el autor hace en esta obra es desacreditar con ironía los pensamientos retrógrados de estos doctores, que en buena medida respondían a los prejuicios discriminatorios que la sociedad de la época, en pleno Siglo de las Luces, aún tenía de las mujeres. “En Lana caprina, demostró no sólo que estaba al corriente de las ideas más avanzadas de su tiempo, sino que había observado de cerca el objeto de su estudio, esas mujeres a las que tanto amó y a las que tanto comprendió, o al menos lo intentó.[...] A un espíritu observador como el suyo no se le escapaba que si la mujer está determinada por algo es sobre todo por la educación que recibe y por tener una condición social distinta de la del hombre”.
Lana caprina lleva por subtítulo Epístola de un licántropo, pero asegura Pino que no es más que un reclamo: “Con ello Casanova se adelanta al sentido publicitario actual de utilizar una palabra gancho para atraer al consumidor... En este caso, al lector”.
Enlace al medio
Aquí puedes leer y descargar el comienzo de Lana caprina.