Hay jugadores que parece que llevaran toda la vida en activo y que, sin embargo, resultan ser más jóvenes de lo que pudiera parecernos. Cuando te has ganado la titularidad en un gran club con solo 16 años o has llegado a la selección de tu país con 17, significa que vas quemando etapas a una velocidad espectacular. Si además tu puesto es el de portero, con la mayor longevidad que esto suele acarrear, está claro que vas a estar en el disparadero de la élite durante mucho tiempo.
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