Gibraltar: serpiente de verano absurda

Publicado el 12 agosto 2013 por Bloggermam

A grandes males, grandes memeces. Esa parece la consigna del gobierno que trata por todos los medios posibles de permanecer en su sitio mientras su indolencia ante las órdenes de Bruselas, la corrupción de la que se llevan lucrando décadas y la continua degradación de la calidad de vida de los contribuyentes, amenazan no sólo con sacarles de su privilegiado “status” de intocables señores feudales, sino que además se barrunta la posible destrucción del PP.

Así pues el ministro García-Margallo rescata del baúl en el que están guardadas las cintas del NO-DO esas antiguas “serpientes de verano”, que aparecen cuando el calor y la desgana se apoderan del populacho que necesita algo de que hablar, no sea que les dé por leer y aprendan a pensar por sí mismos.  Y este verano la serpiente de la que toca hablar es Gibraltar. Una cortina de humo absurda como muchas otras, pero con calado patrio hispánico que es lo que siempre les gusta a los ultracentristas del PP.

Eso sí haciendo un alarde de coherencia, días antes, el ministro en cuestión se da una vuelta por Melilla para recordar a la dictadura vecina, que Ceuta, Melilla y todos los perejiles peñascosos que pueblan el mar colindante son madrileños.

Dado que llevamos unas pocas semanas sin futbol se modelan las noticias para que mentes desocupadas se enzarcen en ridículos debates sobre el sexo de los ángeles, en lugar de preocuparse de las mentiras reiteradas del gobierno o la pobreza que abraza más y más familias cada día. Ea, pues Gibraltar es español, el Yellow Submarine de los Beatles es una provocación y no permitiremos que ningún Windsor más se venga de putas de vacaciones a Sotogrande. Espectáculo patrio lamentable.

El recurso de cualquier país de tercera fila: buscar un enemigo común fuera de las fronteras imaginarias que haga olvidar que el verdadero culpable de los males que nos aquejan lo tenemos en casa pisándonos el cuello frases sibilantes. Exaltando los valores hispanos a base de soflamas estúpidas y prepararnos para hacer el ridículo ante el imperialista opresor como hicieron los argentinos hace décadas en Las Malvinas. Por cierto, las podemos reclamar también, ¿no fueron territorio de la Corona de Castilla hace siglos? Venga que a los argentinos les ganamos seguro…pero siempre que no juegue Messi y que no haya ninguna publicidad provocativa de Repsol. Sí, tú también te has dado cuenta: hay “algo” de ironía suelta.

Aunque en un hipotético enfrentamiento contra las tropas británicas no habría derramamiento de sangre porque a nadie le interesa que Gibraltar sea español. Bajo la protección de la corona británica continuará siendo ese paraíso fiscal en una zona de clima envidiable, con las fantásticas playas de Cádiz por poniente y el lujo hedonista de la Costa del Sol por levante. ¿Qué mejor excusa para lavar capitales y borrar rastro de la corrupción que hacer un viaje al sur de Europa para ver a los monos de ambos lados de la verja?

A todos les interesa que Gibraltar sea un paraíso fiscal en una zona estable, en la que ricos y delincuentes de todo el mundo pueden pasear con la tranquilidad de que nadie les molestará, mientras roban el dinero de pobres diablos que viven lejos.

Si de verdad quieren hacer algo nuevo con Gibraltar pueden construir un buen Casino o una estación de esquí con nieve artificial en lo alto de la roca para robar clientes a Mónaco y Liechestein.

La soberanía de cualquier pueblo está en él mismo y no en la gente que le rodea. Si los gibraltareños quieren ser británicos, españoles, marroquíes o japoneses, es cosa de ellos. Y esto es aplicable a cualquier otro pueblo: kurdos, palestinos, chechenos o vecinos de Mirador de Montepinar. Y si no te gusta se arregla como se ha hecho durante los últimos siglos: se invade, se destruye, se aniquila y se vuelve a empezar. Pero claro, hoy en día con tanto medio de comunicación ajeno al poder, una barbaridad de tal calibre sería difícilmente justificable, salvo que haya petróleo de por medio o armas de destrucción masiva.

No hay que ser académico, premio Nobel, un cargo político con dudosa capacidad o subirse a un púlpito para tener una idea clara de lo concerniente a la soberanía gibraltareña. Antonio Ozores lo tenía muy claro, y además estaba cargado de razón: “Gibraltar siempre será un peñón”.

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