AWID entrevistó a Caroline Usikpedo, Presidenta Nacional del Movimiento de Mujeres del Delta del Níger por la Paz y el Desarrollo (NDWPD), para tener una perspectiva de derechos de las mujeres sobre la lucha en curso contra el gigante petrolero.
El 30 de enero de este año, un tribunal neerlandés falló en contra de una subsidiaria de la empresa Royal Dutch Shell, declarándola responsable por la contaminación de tierras agrícolas en Ikot Ada Udo, en el estado de AkwaIbom en la costa sur de Nigeria. El Delta del Níger es el más grande del África, cubriendo aproximadamente siete mil kilómetros cuadrados—un tercio de los cuales está cubierto de humedales y contiene el bosque de manglares más grande del mundo.
La exploración y producción de petróleo son el sector industrial más grande e importante de Nigeria, en el cual el petróleo representa casi el 85 por ciento de los actuales ingresos públicos. Esto crea una realidad problemática no sólo para la naturaleza sino también para los 20 millones de personas que viven en la región del Delta y particularmente las comunidades minoritarias e indígenas que, según Caroline Usikpedo, “han sufrido maltrato a través de marginación política y económica, violencia y degradación del medio ambiente”.
Al describir cómo ha sido esta lucha en las últimas décadas, Usikpedo dice que se relaciona con el asunto de que “las libertades y los derechos humanos fundamentales enunciados en la Constitución nigeriana no son justiciables,[1] lo cual vuelve trivial su objetivo sobre la igualdad”. Ella también señala que la Constitución no menciona la Ley Medioambiental y “es importante que el impacto de la industria petrolera sobre el medio ambiente en el Delta del Níger se comprenda como algo que está ocurriendo en un contexto donde los medios de vida, la salud y el acceso a los alimentos y al agua limpia de cientos de millares de personas están estrechamente vinculados a la calidad de la tierra y del medio ambiente. El daño que se le ha provocado y continúa ocasionándosele al medio ambiente como consecuencia de la producción petrolera en el Delta del Níger ha conducido a graves violaciones de derechos humanos”.[2]
Derrames de petróleo, descarga de desechos y quema de gas
Según Usikpedo, la contaminación ha estado afectando el área por décadas. “Esta contaminación ha dañado la calidad del suelo, del agua y del aire. Centenares de miles de personas son afectadas, particularmente las más pobres y quienes dependen de medios de vida tradicionales como la pesca y la agricultura. La gente que vive en el Delta del Níger tiene que beber agua contaminada, así como cocinar y lavar con ésta; comen pescado contaminado con petróleo y otras toxinas—si es que tienen la suficiente buena suerte de encontrar peces; la tierra que usan para siembras está siendo destruida; después de los derrames de petróleo, el aire que respiran apesta a petróleo, gas y otros contaminantes; se quejan de problemas respiratorios, lesiones en la piel y otros problemas de salud, pero sus preocupaciones no son tomadas en serio y estas personas casi no tienen información sobre los impactos de la contaminación”.
Ella dice que sobre todo la quema de gas—que ocurre cuando el petróleo se extrae del suelo por bombeo y el gas producido es separado y luego quemado como desecho en llamaradas masivas—crea problemas singulares: “Las quemas, que continúan por 24 horas diarias en muchas áreas, causan graves malestares a quienes viven cerca con contaminación de ruido y a algunas comunidades que viven con luz permanente. Cuando el gas arde en llamaradas, la combustión suele ser incompleta, de modo que las gotas de petróleo caen sobre vías fluviales, cosechas, viviendas y personas”. Usikpedo dice que, a pesar de las preocupaciones manifestadas por las comunidades y profesionales de la salud respecto a las repercusiones de la quema de gas para las personas (particularmente niñas y niños pequeños, mujeres, personas ancianas y otras con problemas de salud subyacentes), “ni el Gobierno ni las empresas petroleras han realizado estudios específicos para analizar los impactos de la quema en la salud humana. Esta grave omisión deja a [miles de] personas afrontando riesgos desconocidos a corto y largo plazos. Esto requiere una acción decisiva y ágil para investigar y vigilar su estado de salud, proteger a grupos vulnerables y poner fin a la práctica de la quema”. Una perspectiva de derechos de las mujeres sobre el daño al medio ambiente
El reciente dictamen del tribunal neerlandés fue resultado de años de lucha—desde 2008—por parte de las comunidades en áreas de producción petrolera, con ayuda de la organización ambientalista Amigos de la Tierra.[3] Al preguntarle cómo las mujeres estaban alzando sus voces contra la empresa petrolera contaminante, Usikpedo explica que, a criterio de las mujeres, “la calidad y sostenibilidad del medio ambiente son fundamentales para su bienestar y desarrollo generales [porque] la gente en la región depende del ambiente natural como su principal o única fuente de alimentos... lo usan para agricultura, pesca y recolección de productos forestales. La contaminación y el daño al medio ambiente plantean riesgos significativos para los derechos humanos”.
El Movimiento de Mujeres del Delta del Níger por la Paz y el Desarrollo (NDWPD) fue fundado para brindar socorro—explícitamente a mujeres y comunidades pobres y marginadas—tras las crisis y afrontar la violencia contra las mujeres. Aunque el alivio de la pobreza, el bienestar social, la justicia medioambiental y los derechos comunitarios se han usado para cabildear ante los gobiernos a fin de que asuman una mayor responsabilidad social, Usikpedo afirma que “menos se hace en relación con la salud de las mujeres en el Delta del Níger. La esperanza de vida se ha reducido a 45 años de edad en el caso de las mujeres. Dijimos que no podemos darnos el lujo de guardar silencio; el momento de actuar es ahora. Decidimos llevar a cabo Audiencias sobre Género y Justicia Climática en 2009[4] con mujeres rurales que directamente sobrellevan la carga del impacto del cambio climático y cuyas voces son las menos escuchadas”.
El NDWPD es miembro del Grupo de Trabajo Feminista en colaboración con el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP), Greenpeace Internacional e Inter Press Service(IPS). El NDWPD realizó tres audiencias sobre justicia en el Delta—dos en 2009 y una 2011—basadas en el modelo “Fortaleciendo las voces: Búsqueda de soluciones: Los Tribunales de Mujeres sobre Género y Justicia Climática”. Los resultados de las audiencias de 2009 fueron presentados en el Klimaforum[5] de la sociedad civil en Copenhague paralelamente a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CP15). El objetivo de la Audiencia sobre Justicia Climática de 2011 fue ampliar las soluciones locales y elevar las voces de las personas más afectadas para que influyeran en las negociaciones y planes de acción sobre el cambio climático a nivel tanto nacional como internacional durante la CP17 y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+ 20).
Además de las audiencias, el NDWPD ha llevado a cabo actividades para incrementar la participación de las partes interesadas en el debate continuo sobre el cambio climático, tales como aumentar la base de conocimientos y generar conciencia entre líderes comunitarios y la clase política. Usikpedo dice que también querían “alertar a la comunidad internacional acerca del descuido ejercido sobre las mujeres rurales en comunidades rurales”. La victoria judicial es un pequeño paso adelante
A pesar de la victoria en el tribunal en enero para personas agricultoras en Ikot Ada Udo, el NDWPD ha manifestado su decepción porque no habrá un dictamen similar sobre otros cuatro casos en las comunidades vecinas de Goi y Oruma.[6] El tribunal concluyó que no existían pruebas de que los derrames en el estado de Rivers en Goi y el estado de Bayelsa en Oruma no hubieran sido limpiados y que, de hecho, no existían pruebas de que los derrames no fueron causados por sabotaje (el argumento de la defensa de Shell en el caso). El NDWPD está solicitando al tribunal que revise el caso y se pregunta por qué un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) no fue suficiente prueba que ameritara un dictamen contra Shell en estos casos. El informe señala que “la contaminación durante más de 50 años de operaciones petroleras en la región ha penetrado más y con mayor profundidad de lo que muchas personas puedan haber supuesto... algunas áreas, que parecen no estar afectadas en la superficie, en realidad están gravemente contaminadas subterráneamente”. Usikpedo corrobora las pruebas del PNUMA diciendo que hoy día “Goi es una tierra por completo desierta; ahí ya no vive gente debido al derrame que ocurrió en 2005 sin limpieza ni compensación”. Agrega: “Pienso que el tribunal emitió un dictamen diferente sobre estas comunidades porque no quiere que Shell sea hallada responsable una segunda vez. El tribunal fue muy prejuiciado en este caso, y fue injusto, para evitar que se sentara cualquier precedente”. Channa Samkalden, una abogada que representó a las personas agricultoras nigerianas, dijo recientemente a Al Jazeera: “Al menos Shell fue responsabilizada por uno de los casos. Eso es un buen comienzo. Además, un hecho muy importante es que el tribunal ha dicho que Shell tiene la obligación de adoptar medidas para prevenir el sabotaje, lo cual por supuesto es un asunto principal”.
Usikpedo espera que “el trabajo en torno a los derechos medioambientales por parte del PNUMA y la comunidad internacional pueda evitar futuras tragedias tales como las que estamos enfrentando en el Delta del Níger”. Ella quiere que su trabajo refleje el hecho de que “las mujeres en el Delta del Níger son las más vulnerables—sobrellevan la carga del impacto del cambio climático, la pobreza y violaciones a los derechos humanos”. El NDWPD está exhortando a comunidades internacionales a generar conciencia sobre estos asuntos. “Es importante que consigamos tanto apoyo y empoderamiento como sean posibles para ayudarnos en la campaña por la paz y el desarrollo en el Delta del Níger, Nigeria”.
Notas: No pueden ser sometidos a la ley o a la acción de un tribunal. Ver: Movimiento Tropical por los Bosques Tropicales, Nigeria: la quema de gas contribuye al cambio climático y a la violación de los derechos humanos, Boletín No. 136, noviembre de 2008; y Banco Mundial, El Banco Mundial percibe una señal de alerta en el aumento de la quema de gas, 3 de julio de 2012. Ver: Europa Press, Pueblos indígenas del sur de Nigeria demandan a las petroleras para que detengan la quema de gases, 27 de junio de 2005. Ver el video del Tribunal de las Mujeres del Delta del Níger sobre Justicia Climática de 2009. Cumbre Popular por el Clima. Descargar la declaración del NDWPD: Landmark Victory against Shell Oil in the Niger Delta Not Enough [Victoria histórica contra la petrolera Shell en el Delta del Níger no es suficiente].
Para más información: Contactar al Movimiento de Mujeres del Delta del Níger por la Paz y el Desarrollo (NDWPD): nigerdeltawomen@gmail.com. Leer el Informe de género y justicia climática sobre el Delta del Níger, del NDWPD (en inglés), en el blog sobre género y justicia del Grupo de Trabajo Feminista. Ver otros videos informativos.
Por Rochelle Jones Fuente: Notas de los Viernes de AWID, 29 de marzo de 2013. Título original: Oil Giant Shell is Held Responsible for Environmental Pollution – A Small Victory for Women in The Niger Delta. Traducción: Laura E. Asturias