La situación de la libertad de expresión en la REPÚBLICA ARGENTINA no sólo es delicada, sino que sigue deteriorándose acelerada y rápidamente. No es ya muy distinta a lo que sucede en Ecuador y es ciertamente tan perversa como lo que ocurre en Venezuela.
Los gobiernos de estos tres países tienen en esto, por igual, un mismo objetivo político de dominación: el de asfixiar a los medios independientes de mil maneras, de modo de poder instalar el discurso único que todos ellos comparten y predican.
De un total de 18 diarios oficiales hay, en la Argentina, 11 que son pro-gobierno y 7 independientes. Los primeros viven con el pulmotor constante de la publicidad oficial.
Entre ellos: Tiempo Argentino, Página 12, Diario Popular, Crónica y Ámbito Financiero, que están entre los más grandes receptores de la publicidad oficial.
Los segundos, en cambio, a la buena de Dios. Como pueden, entonces. Pese a que los fallos de la Suprema Corte -desoídos impunemente por el gobierno, que no los cumple- obligan al gobierno a hacer un reparte equitativo de la pauta oficial, lo que no sucede.
Con la pauta oficial se logra docilidad y se castiga al díscolo. Se premia y se castiga. Para ello no es necesario para el Estado ser dueño de los medios, los puede colonizar a su antojo. Quien se niegue arriesga su supervivencia. Así de duro. Y así de peligroso.
Por su parte, de los 5 canales de televisión analógicos, 4 son pro-gobierno y sólo 1 es independiente. De los 32 canales de televisión digitales, 31 son pro-gobierno y apenas 1 es independiente. De los 7 canales de noticias, seis son pro-gobierno y 1 es independiente. Así de claro. Y así de terrible.
Las cosas no se alteran, ni se detienen, sino que se agravan y profundizan. La reciente venta de los medios que pertenecían a Daniel Hadad y sus socios al grupo de Cristóbal López, uno de los empresarios afines al gobierno así lo confirma. Según el diario La Nación, Hadad confesó que "tuvo que vender". Hablamos de C5N y de las radios Vale, Pop, TKM y Mega.
EL PROYECTO OFICIAL ES CLARAMENTE HEGEMÓNICO. Y ESTÁ EN MARCHA ACELERADA. LAS LIBERTADES DE PRENSA Y DE EXPRESIÓN SON CERCENADAS COMO SI FUERAN SIMPLEMENTE UN COSTO DEL PROYECTO. ASÍ TODAS LAS LIBERTADES QUEDAN AMENAZADAS Y ESTÁN EN RIESGO. CUANDO ALGUNOS LO ADVIERTAN, PUEDE SER DEMASIADO TARDE.