De las 10.000 etiquetas que existen en el mundo, más de 300 son españolas. “Las tendencias las marcamos desde España, por lo que muchas ginebras foráneas quieren entrar en nuestro mercado”, confirman desde la distribuidora The Water Company. Con los whiskies recuperándose –suavizando el sabor–, y entrando mezcales, rones, vodkas y otros espirituosos, la ginebra sigue primando, siendo la categoría de las premium las que ocupan los primeros puestos. La promesa de exclusividad y singularidad alienta su consumo, aunque en ocasiones roce la pirotecnia por aquello de que no es oro todo lo que reluce. No obstante, la ginebra ya se ha hecho con un público propio y en cierta medida, fiel. “Toda la publicidad del gin tonic ha logrado educar al consumidor, que ahora pregunta qué tipo de ginebra tienes”, comenta Pedro Morillas, bartender del madrileño Platea. “También la ginebra abrió la puerta a cócteles como el Gin Fizz, Dry Martini o Tom Collins, cócteles fáciles de beber”, afirma Borja Cortina, barman de Varsovia, en Gijón.Clásicos versus modernosSurgen singularidades, novedades aplicadas a la coctelería “de autor” que para el público joven resulta atractiva. Se busca más la coctelería novedosa que la clásica, al parecer, porque resulta más fácil de beber; también se interesan por los combinados con ingredientes insólitos como el kétchup o el queso cheddar, o por los sabores salados como un cóctel de ginebra con tinta de calamar, sal y pimienta, que La Azotea de Benito, Plaza Hurtado Mendoza s/n, (Las Palmas de Gran Canaria) tiene en su carta de cócteles creativos.
Recetas del pasado en el presenteProsiguen las novedades dentro y fuera de nuestras fronteras. La aceptación generalizada hace que se recuperen antiguas recetas de las primeras destilerías de Holanda. La firma Genevieve, de sabor intenso, se ha macerado como en el s. XVII, a base de granos de trigo, cebada, centeno y malta, y el mosto resultante, se ha destilado en alambique de cobre. Junípero fue la primera ginebra que se destiló en San Francisco tras la abolición de la Ley Seca, siguiendo la línea de las británicas del s. XIX que dieron sentido a las London Dry Gin. Los nuevos consumidores quieren que la originalidad, la historia y la anécdota acompañen su trago.Ante tanta novedad habría que preguntarse cuáles van a quedar, a lo que Borja Cortina responde: “Está claro que las clásicas se mantienen. Aún con fuelle y ofreciendo calidad resuenan Rives, Larios, Seagram´s, Tanqueray, Beefeater o Bombay porque las multinacionales nunca fallan. También demuestran su valor la menorquina Xoriguer, las más jóvenes Platú, Nordés, Hendrick´s y Gin Mare, que fue galardonada en los prestigiosos World Gin Awards 2016 con el “Best Contemporary Style Gin”, el premio a las ginebras de nuevo corte, o la Maverick, entre las nuevas marcas. La afición de Justo Esquiva por la destilación casera ha llevado a que su London Dry Gin tridestilada haya terminado embotellándose en edición limitada y conquistado paladares por su uva monastrell, “es el elemento que hace que los demás botánicos resalten mejor”. La Gin Gold 999.9 y la gala G’Vine, están elaboradas a partir de uva y flores de uva, como la variedad albariño aparece en la gallega Ginabelle.Lo más probable es que, entre las nuevas ginebras, decaigan las fabricadas en frío -con alcoholes que luego se aromatizan-, y en destilerías que no tienen alambique, porque se pierde calidad. “Mientras dos y tres destilaciones ennoblecen y afinan el producto, ya que en cada destilación se quita una parte de cabeza y de cola del alcohol para quedarnos con el centro; Lo que no destila el alambique lo tiene que destilar nuestro organismo y por eso luego viene el dolor de cabeza, de piernas o la renuncia categórica a ese destilado”, recuerda Joaquín Fernández.
Combinados saludables
Información de Ana Montes de Revista Club del Gourmets