El jurado ha estado compuesto por el escritor Juan Marsé, estaba integrado además por Almudena Grandes, Juan Gabriel Vásquez, el editor Juan Cerezo y la autora Betina González, ganadora del anterior premio. Los cuales han subrayado de la obra: «el vigor narrativo de tres historias contundentes que se entrecruzan en una misma noche de verano, contadas con credibilidad y vértigo crecientes, y que hablan, en medio de bandas y ajustes de cuentas, de fiestas y apuestas al límite, de las ansias de una joven adolescente por dejar de serlo y alejarse del modelo de su madre». Por su parte Grandes ha acentuado que «los lugares son intercambiables hasta cierto punto. Que la historia de la novela suceda en Murcia tiene sentido, porque es la constatación de la globalización de la violencia, del tráfico de drogas, de una mafia internacional, y que pase en una pequeña ciudad le da más fuerza, lo hace menos previsible y da mucho más miedo». En su opinión, la novela tiene la virtud de situarse en los márgenes de la sociedad, al filo de la vida y la muerte, y la escritura consigue transmitir esa misma intensidad, ese mismo peligro, hasta el punto de que «el lector siente esa especie de abismo que empuja a los personajes».
La novela cuenta la historia de tres personajes que viven una noche de San Juan en Murcia que difícilmente van a olvidar. Jacinto, un guardaespaldas mexicano que trabaja para don Jorge, y que tiene que encargarse, mientras su patrón celebra una gran fiesta, de saldar cuentas con quienes han matado a un protegido. María, una joven de quince años que esa noche sale con sus amigos dispuesta a probar experiencias nuevas con las que romper su historia familiar. Y Ginés, un tipo solitario y misterioso, que recorre también las carreteras y que ha participado en la fiesta de don Jorge, y que conoce a Jacinto.