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Hace algo más de seis meses que mi vecina Carmen, conocedora de mi afición al ciclismo, me pasó un vídeo que me resultó muy curioso. En él se hablaba sobre Gino Bartali, conocido también como “el ciclista del régimen“, y del increíble secreto que se llevó a la tumba y que años después salió a la luz.
La historia me gustó tanto que creo que se merece una entrada en BigJoe para que todos la conozcáis.
Gino Bartali: il ginettaccio
Gino Bartali fue un ciclista italiano, ganador dos veces del Tour de Francia (en 1938 y 1948) y tres veces del Giro de Italia (en 1936, 1937 y 1947), entre otras clásicas y campeonatos nacionales.
Hasta ahí podría parecer símplemente un palmarés más de un gran deportista, pero detrás de los números se esconde un secreto heróico que el mismo protagonista se llevó a la tumba y que no salió a la luz hasta tres años después de su muerte.
Si os fijáis en las fechas de sus triunfos veréis que hay diez años de diferencia entre el primero y el último de sus Tours y de sus Giros. Esto es porque entre medias tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial, algo que según muchos entendidos evitó que ahora estuviésemos hablando del (posiblemente) mejor ciclista de la historia.
Gino Bartali tuvo una gran rivalidad con Fausto Coppi, amigo y compañero de equipo en muchas ocasiones. Cada uno era símbolo de una Italia, ya que sus creencias políticas y religiosas estaban totalmente enfrentadas. Bartali era conocido como “el ciclista del régimen“, ya que en 1938 hizo realidad el sueño de Mussolini de vencer a los franceses en su propia casa. Se convirtió por méritos propios en todo un héroe nacional y la propaganda fascista así lo utilizó.
Bartali murió en el año 2000 sin que nadie conociese su verdadera historia: durante la Segunda Guerra Mundial consiguió salvar a 800 judíos italianos de ser deportados a campos de concentración en Alemania.
Gino Bartali, el héroe
Semejante heroicidad la consiguió guardando la documentación necesaria para sacarlos del país en su bicicleta. Simulando entrenamientos conseguía transportar la documentación de un lado a otro sin levantar sospechas.
Nadie podía imaginar por aquel entonces que uno de los símbolos del Partido Nacional Fascista estaba colaborando en un asunto así. Bartali siguió entrenando por las carreteras italianas a pesar del obligado parón impuesto por la guerra. A pesar de que entrenar en ese ambiente era algo extraño, Bartali lo hacía con ropa que llevaba su nombre grabado y bien visible, lo que le valía para recorrer kilómetros y kilómetros recibiendo efusivos saludos de los soldados italianos, para los que era un ídolo.
Giorgio Nissim era el hombre que organizó la red para salvar a miles de judíos, escondiéndolos en conventos y monasterios con ayuda de varios arzobispos. Bartali era el encargado de llevar los pasaportes que les permitían salir de Italia.
Al finalizar la guerra, Bartali tuvo tiempo para ganar otro Giro y otro Tour. Una vez retirado no dijo nada a nadie sobre estos trabajos clandestinos y convivió con la etiqueta del ciclista de los fascistas durante cinco décadas.
Murió en el 2000. No fue hasta el 2003, cuando uno de los hijos de Nissim encontró un diario secreto en el que su padre detallaba el funcionamiento de la red clandestina, que el secreto salió a la luz. En ese diario se explicaban con todo lujo de detalles los viajes que hacía Bartali: kilómetros, documentos que escondía… Fue entoncescuando empezó a cobrar sentido tanto entrenamiento de Gino Bartali en esa época de tiempos revueltos.
Por cierto, aparte de toda esta historia, Gino Bartali está considerado por la UCI como el sexto mejor ciclista de todos los tiempos y así figura en su Hall Of Fame. Casi nada.
Si queréis saber más sobre la fascinante historia de Gino Bartali, os recomiendo echar un vistazo a alguno de los libros que se pueden encontrar en Amazon sobre uno de los cuatro grandes campeones ciclistas italianos