Ginobilli, cerca de su retiro.

Publicado el 25 agosto 2018 por Ghandhy

Manu Ginobilli considerado como uno de los mejores deportistas argentinos, analiza su retiro de la NBA, después de 16 temporadas en la misma .  Algunas fuentes citadas por el periodista Adrian Wojnarowski apuntan a que Manu tendría más claro dejar la práctica la NBA. solo espera entrevistarse la próxima semana con su entrenador Gregg Popovich, para concretar su futuro, mientras tanto el jugador de  41 años, ha estado entrenándose regularmente en las instalaciones de práctica de los Spurs y no ha tomado una decisión final.

Ginobilli, en su país supo despertar cuando todos dormían y se convirtió en uno de los atletas más importantes de Argentina y América, gracias a su comportamiento profesional, dentro y fuera de la cancha.

A los cuatro años, un entrenador amigo de la familia, le había enseñado a picar la pelota y, al tiempo, a hacer zigzag entre las sillas de la casa, a pesar de que rompía todo, en casa estaban muy alegres que le guste el basquet.

Empezó a jugar desde los ocho años, sin embargo cuando ya tenía 13 años no le fue tan bien, tenía un trauma: la estatura. Mientras sus dos hermanos, Leandro y Sebastián también basquetbolistas, crecían en estatura y como jugadores, el niño Manu, además de flaquito, era muy pequeño,casi todos los días, agarraba un lápiz y se medía en la pared de la cocina, pero nada. Su hermano mayor cuenta que hacía cualquier cosa para estirarse: desde colgarse de los pasamanos hasta tomar pastillas de hígado y levadura de cerveza, pero nada. Los entrenadores de la selección cadetes de Bahía, lo separaron y le comunicaron que no iba a estar en el plantel definitivo por pequeño. Ginóbili, entro en su habitación y lloró desconsoladamente, ya tenía 15 años en ese entonces y ya tenía pasión por el basquet. Tenía un póster gigante de Michael Jordan en la pieza y miraba cada partido de la NBA que se trasmitía (hinchaba por los Bulls y por los Warrios).

Su disciplina ya lo distinguía: pasaba horas enteras en Bahiense del Norte, el club de su infancia, que quedaba a apenas dos cuadras de la casa, su entrenador era muy exigente y le diseñaba prácticas diarias para que mejore, eso le gustó mucho y le motivo para trabajar muy duro.

Cierto día, su equipo Bahía perdió un partido y descendió de categoría, dicen que desesperadamente llamó a su padre le pidió perdón y se encerró en su habitación a llorar por un día completo.

Ese golpe le cambió la vida, lo hizo madurar y empezó a crecer en estatura y como jugador y ya no pudo parar hasta llegar a realizar hazañas como ganar una Olimpiada con su selección tras provocarle la primera derrota al Dream Team norteamericano. Aquí fue designado integrante del quinteto ideal de aquel glorioso Mundial, luego entró a la NBA donde ha obtenido cuatro anillos con los Spurs. También fue, subcampeón mundial con su selección en Indianápolis 2002, campeón de Euroliga con Kinder Bologna en 2001, de la Liga de Italia en el mismo año, Copa de Italia en 2001 y 2002…