Giordano bruno: entrevista a m. a. granada (2014)

Por Josep Pradas
Reproduzco aquí una entrevista a M. A. Granada sobre Giudano Bruno, firmada por Antonio Martínez y Esmeralda Merino, y publicada en la web de Esfinge Digital, en el número de mayo de 2014. Puede leerse en su fuente original en este enlace.

Giordano Bruno es un personaje que deja indiferente a pocos los que se acercan a su obra. Su convicción en los postulados que mantenía le costó la vida en una época en la que uno tenía que pensárselo dos veces antes de hablar si no quería terminar juzgado por la Inquisición. Hoy, más de 400 años después, el catedrático Miguel Ángel Granada nos acerca su pensamiento mediante la traducción de su obra.


Miguel Ángel Granada es catedrático de Historia de la Filosofía del Renacimiento en la Universidad de Barcelona, especialista en Giordano Bruno y la revolución cosmológica de los siglos XVI y XVII, miembro del equipo internacional editor de las obras completas de Giordano Bruno (Les Belles Lettres, París) y vicepresidente del Centro Internazionale di Studi Bruniani.
P. Usted ha traducido textos de diversos filósofos del Renacimiento, como Maquiavelo, Erasmo, Campanella o Francis Bacon, si bien se ha centrado especialmente en las obras de Bruno, del que además ha escrito diversos libros como Reivindicación de la filosofía en Giordano Bruno y Giordano Bruno, Universo infinito, unión con Dios, perfección del hombre. ¿Por qué este especial interés en Bruno?
M.A.G. Lo que me cautivó de Giordano Bruno, además de su intensidad filosófica, fue su vigor literario. Los seis diálogos italianos constituyen un monumento de la literatura; todos ellos constituyen una única obra que se edita en el breve plazo de un año y medio. De ahí que, para obtener una imagen de conjunto del pensamiento bruniano, no baste con la lectura de una obra, sino que es necesario seguir el curso de los seis diálogos italianos; esto, unido al hecho de que en los años ochenta del pasado siglo no había apenas ediciones disponibles en español, fue lo que me llevó a acometer la obra de una traducción lo más integral posible de estos diálogos.
P. Usted ha comentado ciertas analogías entre el Renacimiento y este comienzo del siglo XXI. ¿Se refería a los paradigmas planteados por la física cuántica que desmontan una visión estrictamente materialista del universo?
M.A.G. No. Las razones por las que yo creo que el pensamiento de Bruno es importante en nuestra época residen, por un lado, en la personalidad del autor, un personaje lleno de vigor, de fuerza pasional e intelectual, entregado a una búsqueda personal del Principio Absoluto, una persecución amorosa, el intento de dotar de pleno sentido a la propia existencia; pero al mismo tiempo esta actividad de Bruno, que podría tener una dimensión individualista, está asociada a un profundo sentido colectivo, es decir, Bruno jamás pierde de vista la inserción del individuo en una comunidad, a cuyo bienestar y buena organización el filósofo tiene que realizar una aportación lo más importante posible. Yo creo que estos dos aspectos de la obra y del pensamiento de Bruno son muy importantes en nuestra época.
P. Con la perspectiva del tiempo encontramos a Bruno en medio de dos frentes de pensamiento: por un lado, la visión aristotélico-ptolemaica del universo que defendía el cristianismo y, por otro, el reciente racionalismo, que terminará imponiendo su visión materialista del mundo. ¿Cree que Bruno fue consciente de esto?
M.A.G. Mi impresión es que no. Si Bruno hubiera vivido unos años más, como hubiera sido lógico de no haber mediado las circunstancias del proceso, hubiera visto aparecer no solamente instrumentos nuevos como el telescopio, que a él le hubieran cautivado como medio de profundización en la revolución cosmológica, sino que hubiera visto también emerger una nueva explicación de la Naturaleza representada por Galileo, y también la personificada por Descartes que, como explicación física, a él le hubiera resultado difícil de aceptar. Él respondía a una visión de la Naturaleza diferente, en la que la materia está estrechamente asociada al principio vital y donde la matemática no es el único instrumento explicativo de los procesos físicos; estaba convencido de que la Naturaleza era un organismo vivo que no se puede reducir a un mecanicismo geometricista. Por eso creo que Bruno murió demasiado pronto.
 
P. ¿Por qué tanto interés de la Inquisición en Bruno? En la primera parte del proceso en Venecia estuvo a punto de ser liberado y sabemos que el propio tribunal que lo juzgó no conocía todas sus obras. El libro La expulsión de la bestia triunfante, donde sí ataca claramente a la Iglesia, ni siquiera lo habían leído .
M.A.G. Bruno es denunciado en Venecia por su anfitrión, Juan Mocenigo, con una acusación que muestra a Bruno como un personaje peligroso desde el punto de vista de la ortodoxia tridentina. El proceso se desarrolla sin entrar en consideración de la problemática filosófica de Bruno y de su obra. Bruno se declaró dispuesto a abjurar de sus errores, a enmendar su vida, bien entendido que se trataba de unos errores de naturaleza religiosa. La cosa se complicó cuando la Inquisición romana solicitó del Gobierno veneciano la transferencia de Bruno a Roma, pues estaba de por medio la autonomía política del Estado veneciano.
P. ¿Y en qué basaron sus acusaciones?
La cuestión cambia en Roma cuando la atención del tribunal se dirige hacia el núcleo filosófico de su pensamiento. También se plantearon unos puntos de acusación, en el ámbito cosmológico: movimiento de la Tierra, infinitud del universo, pluralidad de mundos, necesidad del universo infinito a partir de la infinita potencia divina, etc. Bruno decidió no abjurar. A mi juicio este gesto denota por parte de Bruno la convicción de que la filosofía, como proceso de conocimiento de persecución de la verdad, no solamente es autónoma, sino superior a la religión, cuyo ámbito no es teorético-cognoscitivo, sino moral, pastoral y pedagógico.Por otra parte, es cierto que el tribunal, a lo largo de todo el proceso, no pudo acceder más que a una parte limitada de la obra de Bruno y, dentro de esta, La expulsión de la bestia triunfante estaba ausente, aunque hacia finales de 1599, se hizo llegar un ejemplar de esta obra ante la Inquisición, pero ya no tuvo un efecto en la conclusión del proceso.
P. ¿Cuál es su próximo proyecto en relación con Bruno?
M.A.G. Mi próximo proyecto es la esperanza de que se publique por parte de la editorial Gredos, y en el marco de la colección de clásicos del pensamiento filosófico, el volumen de Bruno que comprenderá los seis diálogos italianos, con una extensa introducción general por mi parte y una anotación mínima por la estructura general de la colección, a la que lógicamente el volumen de Bruno tiene que adaptarse. Si finalmente este volumen se publica en los próximos meses, constituirá una aportación de considerable valor, en mi opinión, a los estudios brunianos en España, porque ofrecerá por primera vez, en un volumen único, el conjunto de la obra italiana de Bruno (salvo la comedia El candelero). También espero que en 2014, aparezca una nueva edición de Del infinito: el universo y los mundos como primera entrega de los diálogos italianos, pero en este caso con una introducción para cada uno de ellos, que constituirán volúmenes independientes, y un comentario exhaustivo, en forma de notas en las que yo, modestamente, pretendo ofrecer al lector español los materiales para una intelección lo más completa posible del proyecto filosófico de Bruno.

ENLACES:
http://www.ub.edu/filosofia-estetica-cultura/es/docentes/miguel-angel-granada-martinez
http://www.herdereditorial.com/autores/887/granada--miguel-angel/