El episodio Sit-Inconsigue, en menos de 30 minutos, contarnos todas las etapas de una ruptura sentimental. Hannah (Lena Dunham) regresa a casa -por sorpresa- de Iowa y se encuentra con que Adam (Adam Driver) vive con otra chica, Mimi-Rose Howard (Gillian Jacobs). Ante semejante golpe emocional, Hannah se mete en la que fue su cama y se muestra incapaz de levantarse: sufre un síntoma típico de una depresión. Nos metemos bajo la manta para no enfrentarnos a la vida real. Prácticamente todo este capítulo transcurre durante el encierro de Hannah, que se resiste a salir porque sabe que en cuanto lo haga, su relación con Adam se habrá terminado.
Durante el encierro, Hannah recibe a sus amigos. Cada uno interpreta un papel reconocible: son los "típicos" colegas que todos hemos sufrido alguna vez. Shoshanna (Zozia Mamet) es la pragmática que intenta ayudar cuando lo que queremos es dejarnos llevar por la autocompasión. Jessa (Jemima Kirkle) hace el papel de la "amiga" que nos traiciona y se pone del lado de nuestra expareja. Imbécil. Mi favorito, Ray (Alex Karpovsky) es el amigo que en realidad quiere aprovechar para contarnos su propia movida. Siempre hay uno. Laird (Jon Glasser) y Caroline (Gaby Hoffman) hacen el papel de la familia política: parecen solidarizarse, pero les importa una mierda. Y por último aparece Marnie, la única capaz de decir las palabras correctas -duras pero comprensivas- para que Hannah espabile y acepte que tiene que dejar ir a Adam.
Es normal que nuestra querida protagonista acabe durmiendo en un trastero repleto con sus pertenencias. Un trastero que se convierte en una metáfora del estado actual de su vida.
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