Giro sobre mí.
Permanezco en la cumbre de tanta
vertical.
Más arriba de los siglos, giro.
Sobre caminos y
avenidas, giro.
Por encima del odio, del amor y de la
muerte, giro.
Desconozco la derecha, el número y el
septentrión.
Tampoco sé quién soy.
Tal vez un dios
menor me hizo, pero no le pertenezco.
No soy sino del
aire.
José María Torrijos