Ilustración de Geisón García (Punkfluid)
La vida es apenas un punto que pupila,Yo lo llevo,Bloque navegando entre las aguas
Pero este presentimiento,Esta breve ecuación del espectro,Es el espejo para saber que también desde el silencio de las cosasOtro semejante nos consuela.
A veces la nostalgia tiene el azul de la esperaY suele, esto es bien sabido,Reconocer el nombre correcto de la piel Que se arrinconó entre lo desnudo.
Vale esta variante u otra geometríapara comenzar a sospechar del tedio,vale un punto caído en el abismo para ponerle fin a la zozobra.
La visual cadaverina que nos asalta desde la otra soledadTiene sus tildes de tiempo convertidas en un aprisco de preguntas.Por eso siempre uno se queda fabricando refracciones,Cóncavas fugas para distraer la dirección arrebatada del destino.
El diminuto señor glacial de la esperanzaEncerrado en la cuadratura de todo el desesperoTiene de antaño y por capricho la manía de apoyar A aquella edad que insiste en marcharse del presente.
Todo el compungido desdén con que vemos envejecer el almaY el gris abismo donde siempre dejamos extraviada la nota fiel de la miradaSe arrellana, Construye poco a poco la morada del solitarioY lo único que podemos salvar de esa devastación malhumoradaEs como una tonada de bandoneón que le aprieta el cuello al viento Para saber en que lugar se encuentra el tierno teclado del silencio.
Basta, sin embargo, con que la presencia de la desilusión nos asaltePara que sepamos que los puntos de sosiego que pusimos a los sueñosEran también un lamento;Aquel cuarto donde la compasión se echó a perder del todo resentida.
Quizás para siempre pusimos al diminuto señor glacial de la esperanzacomo prisionero en un vagón que circula en el profundo dolor de nuestra sangre.
El suspenso es apenas esa causa moribunda.A veces vale sólo cerrar los ojos para sentirnos tan cerca de la muerte.Yo he sentido el espanto, todo el desamparo.