Si os he de ser sincera, estos sólo ha sido una excusa para lanzarme a hacer esta delicia de una vez. Llevaba posponiendo el preparar estos macarrones ni sé el tiempo y ahora que los he probado pienso que he sido un poco tonta de no hacerlos antes.
Os aviso de antemano que la propuesta que os traigo, (extraída del libro de Lorraine Pascale, Baking made easy), no es apta para los que no sean amantes del queso (ojo que digo amantes no que te guste un poco), y más concretamente del queso Gorgonzola. Avisados estáis.
Precalentar el horno a 200º. Cocer la pasta siguiendo las instrucciones del fabricante. Escurrirla y reservar.
En una sartén con un poco de aceite, poner la cebolla troceada, cuando esté transparente, añadir el bacon y cocinar hasta que esté bien frito. Quitar la sartén del fuego y echar el contenido a la pasta. Reservar.
Cuando la bechamel esté cremosa, echar las dos terceras partes del queso tanto Gorgonzola como el parmesano. Es importante que la bechamel esté caliente cuando se agreguen los quesos, para que estos se derritan y le den esa textura cremosa tan característica de la salsa.
Rectificar de sal y añadir a esta mezcla la pasta con el bacon. Mezclar todo bien para que se integren la salsa y los macarrones.
Poner en una fuente apta para horno, espolvorear con queso parmesano rallado y con el resto de queso Gorgonzola y llevar al horno. Cocinar durante 20 minutos.
Espero que os haya gustado.