El glaucoma es una enfermedad degenerativa de los ojos. Es un trastorno más característico en adultos mayores de 40 años, pero también existen varios tipos que pueden afectar a niños, incluso, recién nacidos. Si no se tienen en cuenta las medidas oportunas, puede ocasionar la ceguera total.
El glaucoma congénito primario es el más frecuente. Se produce al no desarrollarse de manera adecuada las zonas del ojo donde se produce la salida del líquido que permite el correcto funcionamiento del mismo, aumentando por tanto la presión intraocular, generando un crecimiento exagerado del ojo. Si el niño no es tratado a tiempo, la enfermedad le conducirá a un ojo totalmente ciego, de mayor tamaño y con la capa externa del ojo mucho más delgada.
- Dolor ocular.
- Lagrimeo excesivo
- Estrabismo
- Nauseas y dolor de cabeza
- Cornea de mayor tamaño
- Aumento del globo ocular.
- Diferencia en el tamaño de los ojos.
- Visión nublada.
Dependiendo del tipo y la gravedad del glaucoma, lo prioritario será reducir la presión intraocular mediante fármacos. Existen algunos que no pueden ofrecerse a niños, por los efectos secundarios, por lo que únicamente se puede recurrir a la cirugía. Esta puede ser tanto la cirugía láser como la tradicional, con diferentes fines, dependiendo de la gravedad del glaucoma.
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