Glen Keane es uno de los artistas más prestigiosos de la historia de la animación. Suyos son los personajes de Bestia, Ariel, Pocahontas o Tarzán. Sin embargo, el esplendor de la animación digital que trajo Toy Story removió los cimientos de Disney aupando a John Lasseter a la cima de la compañía. Se dijo entonces que la animación a mano había muerto. Lo podemos constatar yendo al cine ante la casi inexistencia de películas de animación tradicional. Sin embargo, en el terreno más innovador otras formas de animación están teniendo tirón mezclando las últimas tecnologías y técnicas más palpables como el stop motion, el papel o la pintura. Glen Keane nunca desapareció del panorama de la animación y lo demostró recientemente en el cortometraje Paperman y cuando dirigió el año pasado Duet.
Duet exploró la perfecta simbiosis entre digital y dibujo a mano como se explica aquí. Lo que quedó claro es que le faltaba un salto a una experiencia más sensorial. En este fantástico vídeo le vemos explorando los límites de la realidad y la informática al servicio de lo que mejor sabe hacer: crear y vivir dentro de sus personajes.
Por último dejo un pequeño cortometraje que demuestra otra manera de fundir realidad y animación en un manera escultórica como es el stop motion; una manera que puede llegar a ser más poética por su naturaleza que otros tipos de animación.