En el condado irlandés de Wicklow se encuentra Glendalough, conocido como el valle de los dos lados, donde la belleza natural y frondosa de Irlanda traslada a los viajeros a la misma Edad Media.
La ruta de Glendalough comienza en uno de los lagos, a partir del cual comienza a subir montaña arriba para después bajar al siguiente lago, donde se divisa ya a lo lejos una torre (round tower). Se trata del cementerio, el monasterio de St. Kevin (construido en el S. VI) y demás edificios sagrados pertenecientes a siglos VII y XII respectivamente. Uno de los grande acompañantes en este viaje a Glendalough es la niebla y la lluvia, pero la naturaleza sumamente verdosa y el aire ante carencia de contaminación hacen que merezca la pena realizar esta pequeña aventura que debido a sus paísajes te hace sentirte trasladado a la Edad Media.
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Uno de los mitos de Irlanda son los paísajes verdes. Las grandes ciudades del país se han convertido en como cualquier otra del grupo europeo, por lo que uno no va a encontrar nada nuevo o que merezca la pena oculto entre edificios y multitudes. Sí uno va a Irlanda debe salir a las afueras, y sobre todo, a uno de los espacios naturales por los que los irlandeses se sienten orgullosos, las Wicklow Mountains.