Globalización y Universidad

Por Evaristor

Autora Invitada: Beatriz Mayoral

Cuando el hombre deja de ser parte integral de la naturaleza y empieza su vida independiente, da un gran salto hacia el desarrollo de la sociedad moderna. Ya no depende solo de la caza y la recolección sino que al descubrir la agricultura puede planear la producción y guardar para el consumo posterior. Este hecho fue uno de los más importantes en el desarrollo de nuestras sociedades.

Como muchos otros animales, los hombres transmiten sus conocimientos a las generaciones jóvenes. Éstos lo hacen primero de manera oral de padres a hijos y luego de manera más generalizada con el desarrollo de la escritura. Así, bien podemos hacernos una imagen de cómo han transcurrido los hechos desde que los hombres ilustrados de la antigua Grecia instruían a sus pupilos bajo la sombra de los árboles, hasta estos días de educación tan especializada y a distancia.

Pero todo este proceso educacional ha estado siempre inmerso en un marco económico también en evolución. De hecho, algunas teorías como el materialismo histórico, plantean que el desarrollo económico, como una superestructura, marca la pauta para el desarrollo de las instituciones de una nación, es decir la estructura.

Esta teoría ni siquiera se contradice ante la historia bíblica de la vida de Adán y Eva en el edén: solo hasta que son expulsados del paraíso del que formaban parte, conocen el trabajo y podemos asumir que se ven en la necesidad de aprender y construir herramientas.

Pero el ser humano es una contradicción en sí mismo. Según Erich Fromm el hombre forma parte de la naturaleza al pertenecer al reino animal, pero vive de espaldas a la naturaleza, siempre tratando de dominarla y sacarle provecho. En este siglo que estrenamos, siendo gregarios por naturaleza, vivimos en contra del resto de nuestros semejantes compitiendo por ganarles el lugar, por sacar de ellos el mayor provecho.

El hombre ha llegado a ser pues, la mayor contradicción existente. Pero, gracias a la educación, este no es un pensamiento catastrófico, sino más bien un reto a vencer o una meta para alcanzar. Gracias a la educación, el hombre tiene la posibilidad, si no de resolver las contradicciones en las que se encuentra inmerso, al menos de aprender a entenderlas para encontrar mejores espacios de convivencia con sus semejantes, asumiendo que somos todos pasajeros de la misma embarcación, habitantes del mismo planeta, hijos de la misma madre.

Las últimas dos décadas han sido de grandes avances científicos y tecnológicos que no han ido acompañados de un ritmo igual de desarrollo humano y social. Mientras los gobiernos de las naciones ricas del mundo gastan escandalosas cantidades de dinero en desarrollo de armamento y viajes espaciales muchos niños siguen muriendo de hambre en los países pobres; muchas personas quedan ciegas por enfermedades perfectamente curables, porque no tienen acceso a servicios médicos; muchos permanecen en la cárcel porque su ignorancia los hace víctimas de funcionarios y gobernantes corruptos. La historia más reciente y cercana: Estados Unidos impone un tratado económico depredador a México, y cuando sus efectos se hacen sentir y son expulsados del país miles de campesinos depauperizados por aquel tratado, el país depredador ahora los convierte en criminales.

Nadie negaría lo desalentador de esta realidad nuestra, pero aún hay quienes se sobreponen al pesimismo y buscan formas nuevas de convivencia; formas creativas y esperanzadoras; formas que nos contagian de entusiasmo. Menciono algunas de ellas, las que me parecen más destacadas:

  1. Banco Grameen de India.- Banco que presta dinero a gente pobre, principalmente mujeres, pero además les educa para que mejoren su nivel de vida.
  2. El trueque en Argentina.- Son muchas las personas que en Argentina se organizaron en mercados de trueque donde adquieren infinidad de mercancías a cambio de otras mercancías o servicios.
  3. La Universidad de la Cuarta República en México.- Ante la falta de acceso a los sistemas de salud, esta universidad capacita a sanadores integrales que brindarán medicina homeopática a la población más pobre.

Debe haber por el mundo muchos ejemplos de cómo las personas no están dispuestas a rendirse. Y nosotros podemos conocerlos y adoptarlos gracias a la globalización. Este debía ser el significado de la palabra globalización, y cambiar este significado está en manos de la educación que se imparte en las universidades.