“... Siempre es consolador recordar las misericordias y las glorias de María, y no llevaréis a mal que aún repitiendo cosas dichas os diga que la proclamación de Pastora honra a María, ha alentado a los hombres y ha enriquecido al Corazón de Jesús.
1- Títulos que dan las escrituras a Jesucristo: Maestro, Salvador, Rey, Padre, Pastor. Vive para las ovejas, trabaja y se afana por las ovejas, y por las ovejas muere...
A María se le dieron muchos nombres: las Escrituras, los Padres, la Iglesia, Letrán. Compartía con Jesucristo todos sus nombres, y sólo faltaba el de Pastora, timbre de honor que revela cómo la grey de Cristo es la grey de María, los oficios de Cristo son los oficios de María, y en una palabra, que Cristo y María vienen a ser una cosa...
2- Los hombres somos el pueblo de Dios. Jesucristo vino a formarse un pueblo. Somos los alumnos de la escuela de Cristo: “No tenéis otro Maestro”. Somos su familia: “Cuando oréis...” somos el rebaño: “Pusillus grex”. Enemigos tiene estas pobres ovejas; las enfermedades (personas), los precipicios (escarpados caminos del mundo), el lobo (Satanás con sus garras). Jesucristo Pastor, basta con él. Mas convenía que se asociara una Pastora, para salvar por misericordia a las ovejas que debían poseer en rigor de justicia...
3- El Pastorado de María ha enriquecido al Corazón de Jesús.Esta es la casa de Dios. Casa de Dios es el universo. Casa de Dios es el Corazón de Jesús. Gloria et divitiae. El esplendor de la Divinidad que allí mora. El amor que allí reside con sus engendros y creaciones. Pero son además su riqueza las almas; la santa avaricia del Corazón de Jesús. Y la Pastora Divina las atrae, las conduce, las entrega al Pastor Divino”.
Beato Marcelo Spínola