¡¡Buenos días a tod@s!!.
Aunque este blog versa preferentemente sobre belleza, a veces me gusta reflexionar y compartir con mis lector@s ciertas noticias que me llegan acerca de salud y alimentación, puesto que somos lo que comemos, y al fin y al cabo, si te encuentras sana por dentro, estás más bonita por fuera.
Existe información de esa de la que te vas enterando por el boca-oído, un familiar o amigo te comenta tal o cuál noticia, la lees en el periódico o la oyes en la radio o tv, te escandalizas, te llevas las manos a la cabeza, y después reconoces que vivimos en un mundo venenoso y altamente nocivo para la vida, asquerosamente corrompido por la contaminación ambiental y alimenticia.
El glutamato monosódico es uno de esos contaminantes, uno de tantos ingredientes que no entiendo cómo los gobiernos permiten que se incorporen a los alimentos.
Supongo que alguna vez habréis consumido sopas de sobre, surimi de pescado, pastillas para caldos, preparados de gulas, congelados, pasta oriental para preparar en un minuto...y seguro que vuestros hijos, sobrinos o primos habrán comido a menudo snacks de maíz de esos que parecen una lombriz, siii, esos que conocemos más por el nombre de la marca, y que no voy a citar, evidentemente...pues bien, la mayoría de marcas (no todas) incorporan glutamato monosódico en esos productos (bueno, incorporan glutamato, sal en proporciones ingentes, deshechos en algunos casos, en fin...)
Pero ¿qué es el
glutamato monosódico?. El glutamato de sodio (o el también llamado E-621, GMS, sal sódica del ácido glutámico, proteína hidrolizada, o extracto de levadura autolizada, sal china, umami, ajinomoto...) es simplemente un potenciador del sabor y del aroma, un producto a mi modo de ver, mentiroso, que nos engaña, porque nos hace creer que el alimento que estamos ingiriendo sabe a lo queremos que sepa, pero ni de lejos lo hace... Aparte de las reacciones alérgicas que provoca, causa adicción, se relaciona directamente con obesidad ya que provoca un aumento del apetito (seguro que os suenan los anuncios en los que directamente se nos dice que no podremos parar...) diabetes, trastornos nerviosos, malestar general, náuseas, vómitos, taquicardia, crisis asmáticas...evidentemente estas reacciones no se producen siempre, ni en la misma medida ni en las mismas personas, por lo que normalmente no lo achacamos a un alimento ingerido en particular, sino a un agravamiento de una enfermedad que ya padezcamos.Existen defensores y detractores del glutamato monosódico pero los últimos, han elaborado estudios que lo relacionan con la pérdida de visión a largo plazo, el cáncer, esterilidad femenina, daños neurológicos, anafilaxis, depresión, ataques epilépticos, aumento de migrañas y cefaleas en personas que ya padecen de esta dolencia...e incluso autismo.
Independientemente de las consecuencias que pueda ocasionar a nuestro organismo a corto, como a medio o largo plazo, los aditivos, conservantes y colorantes, hay que evitarlos en la medida de lo posible, así que yo intento que no se encuentre entre los alimentos que consume mi familia o ingiero yo.
Por otro lado tenemos el aceite de palma, procedente de la grasa de una planta, la conocida Palma de Guinea, y que contiene una ingente cantidad de grasas saturadas, que se acumulan en las arterias taponándolas. Eleva exageradamente el "colesterol malo" y todos sabemos (no me voy a repetir) las consecuencias de ello (sobre todo problemas cardiovasculares).
No os estoy descubriendo nada si os digo que este aceite es baratísimo, por lo que se incluye a mansalva en las industrias alimentaria y cosmética (también en otras muchas, pero éstas son las que me parecen más importantes dado el grado de exposición).
No os hacéis una idea de la cantidad de aceite de palma que, muchas veces inconscientemente o por falta de información, ingerimos anualmente sin darnos ni cuenta...es sencillamente ingente.
¿Y dónde se encuentra el aceite de palma?. En multitud de alimentos: precocinados, cereales, bombones y chocolates, margarinas, mantequillas, aperitivos de bolsa, yogures (incluso los que por lo general consumen los más pequeños de la casa), galletas, bollería, panes envasados incluso preparados de zumos...os aseguro que ahora tardo mucho más en hacer la compra, y espero que vosotr@s, por vuestro bien, también tardéis más a partir de ahora. Lo bueno es que existen alimentos (y muchas veces no son más caros) que no contienen aceite de palma, siendo sustituido por aceite de girasol u oliva (éste último en menor medida), os lo puedo asegurar.
Lo peor de todo es que la
palma, su aceite o su planta, no sólo nos afecta a través de su consumo vía oral o tópica, sino que también tiene sus consecuencias sobre el medio ambiente...las vastas extensiones de cultivos de palma agreden al suelo y provocan numerosos incendios que acaban con las extensiones de bosques vírgenes, distintas y muy variadas tipologías de vegetales, y muchas especies animales.Luego está el arsénico del arroz, la seguridad de los plásticos o el tema del panga...a veces me dan ganas de hacer ayuno permanente.
Tras redactar este post reflexiono, le doy vueltas a la cabeza, y aunque a priori me niegue a creerlo, no tengo ni la más mínima duda de que el hombre quiere acabar con la Tierra y consigo mismo.
PD: Como no soy química, nutricionista o experta en la materia, agradeceré los comentarios de l@s expert@os en la materia (y los de los que no lo son, faltaría más) para así abrir el debate, conocer opiniones, aprender, y contar con mayor conocimiento sobre este tema.
¿Soléis cuidar vuestra alimentación?. ¿Comprobáis el listado de ingredientes de los alimentos que consumís o consume vuestra familia?.
Como siempre, muchas gracias por estar ahí, leer y/o comentar...
¡¡BESAZOS y nos vemos en las redes sociales!!.