Gobernados por gente sin altura en las últimas cuatro décadas

Publicado el 27 julio 2013 por Franky

El mayor problema de España y la causa principal de nuestros actuales desastres, sobre todo de la pobreza y la decadencia moral, es que España ha sido gobernada por indeseables y por gente sin altura ética. Ellos nos han hundido y deberían pagarlo. --- España ha estado gobernada por una larga lista de gente sin decencia ni altura ética durante casi cuatro décadas. Ellos son los culpables principales del actual estado de postración del país, arruinado, envuelto en la tristeza, atravesado por la injusticia y con un divorcio funesto entre los gobernantes y los gobernados, un cóctel explosivo que hasta podría provocar conflictos sociales graves y revueltas violentas contra una casta política que no merece el liderazgo que ejerce, ni respeto, ni consideración.
En esta terrible cosecha de gente sin valores y ajenos a la democracia gobernado el país no hay colores porque los hay de todos los partidos presentes en el arco parlamentario, desde la derecha a la izquierda, sin que se escapen los nacionalistas, que no han tenido pudor en cambiar sus votos por dinero y privilegios. No es cierto que UCD fuera un modelo de limpieza porque con ellos empezó la tragedia de la corrupción y el abuso de poder, pero fue es socialista Felipe González el que, amparado en su enorme victoria electoral de 1982, construyó los muros sólidos de la indecencia y la inmoralidad de la política española contemporánea.
Aznar se presentó como alternativa a González, pero protagonizó un gran fraude electoral porque realmente siguió adelante con sus vicios y corrupciones. Aznar tuvo mucho que ver con la degeneración española, que avanzó rauda por la ruta del dinero fácil aportado por la burbuja inmobiliaria: urbanismo corrupto, financiación ilegal, contratos y subvenciones comprados por las grandes expresas, intervención y politización de la Justicia, acumulación de privilegios para la "casta" de los políticos, impunidad de los partidos y sus altos cargos y un largo etcétera que hicieron de España no solo el país que mas crecía de Europa, sino también el campeón del alcoholismo, la prostitución, el aborto fácil, la trata de blancas, el acoso a las mujeres, el fracaso escolar, la baja calidad de la enseñanza, el blanqueo de dinero, el tráfico y consumo de drogas, el refugio favorito del dinero sucio y de las mafias y un largo etcétera de iniquidades y suciedades plenamente atribuibles a Aznar, Zapatero, sus respectivos gobiernos y a un Rajoy que está superando al inepto y desvergonzado Zapatero en todos sus rasgos deleznables.
Los espectaculares y vergonzantes casos actuales de corrupción, como Bárcenas y los EREs mafiosos de Andalucía no son sino la continuación de las miserias y suciedades sembradas por los gobiernos que sucedieron al Franquismo, al que han superado en canalladas y suciedades.
La experiencia dice que apenas aflora el 10 por ciento de la corrupción y que el 90 por ciento restante suele permanecer oculta. Si lo que en España ha aflorado es el 10 por ciento de lo que existe, España es, sin duda, la pocilga del planeta, un país quizás tan corrupto como algunos estados fallidos africanos o como las peores repúblicas bananeras de América.
Desgraciadamente, nos queda mucho estiércol político por descubrir. En España se han comprado títulos universitarios, puestos en el Estado, votos, subvenciones, contratos y muchas licencias concesiones públicas. El número de los que se han enriquecido ilícitamente robando en política es por lo menos diez veces superior al que se sospecha y si los tribunales están investigando un millar de causas de corrupción política, hay más de 9.000 escondidas, muchas de ellas tan graves o mas que las que conocemos.
La causa del drama es, sin la menor duda, la falta de democracia. En España nunca se instauró una democracia después de la muerte de Franco, aunque los políticos nos lanzaran su primera gran mentira diciendo que aquella partitocracia sin control era una democracia moderna. Los partidos, los políticos y los gobiernos carecen de controles que limiten y frenen su poder, lo que les convierte en depredadores sueltos y en fieras libres para practicar el abuso y la opresión. Ni una sola de la condiciones básicas para que exista democracia está vigente en España: ni elecciones realmente libres (viciadas por la existencia de listas cerradas y bloqueadas), ni una ley igual para todos, ni protagonismo y participación de los ciudadanos, ni separación de los poderes básicos del Estado ,ni una sociedad civil independiente que sirva de contrapeso al poder, ni información independiente y veraz al servicio del ciudadanos, ni castigo para los corruptos, ni controles suficientes para los poderosos... y un largo etcétera que permite la vigencia diaria de la mentira, el abuso y la corrupción.