God save the bielsa

Por Davidrefoyo @drefoyo

Hacía muchos, quizá demasiados, años que el Athletic de Bilbao no juntaba un par de generaciones de buenos jugadores. Puede que tengamos que remontarnos a mediados de los 90, a Juup Heynckes o tal vez a Luis Fernández y aquel memorable equipo de Champions, con Guerrero, Etxeberría, Urzáiz, Alkiza y un largo etcétera de grandes futbolistas. Sin embargo, desde la llegada de Marcelo Bielsa, el actual técnico, la ilusión en Bilbao se ha disparado. No recuerdo haber visto una lista de la Selección española con cuatro futbolistas del Athletic y, por si fuera poco, otros tres o cuatro en la sub 21. Y Marcelo lo ha conseguido, porque es un técnico valiente, un hombre que ha inculcado un espíritu de amor por la pelota que el equipo vasco no conocía. Bielsa ha mezclado los viejos valores de Lezama con los valores que inculcó a la selección chilena, por ejemplo. Él solo habla de fútbol y eso, en estos tiempos donde la prensa amarilla tiene tanto poder, es un verdadero placer. El Athletic es un equipo joven, con poca experiaencia, pero tiene pinta de campeón. De campeón si el bloque se mantiene dos o tres años más. Puede que no le alcance para ganar una Liga, o tal vez sí, pero estoy convencido de que podrá alzarse con títulos importantes: Copa del Rey o Europa League. Es posible que no triunfe y se quede a las puertas de sacar la gabarra por la Ría, sin embargo, lo que está haciendo Marcelo Bielsa perdurará en las retinas de la afición bilbaína y en la de todos los amantes del buen fútbol. Partidos como el que jugó el equipo en Manchester o ante el Barça del mismísimo Guardiola, quedarán en el recuerdo de todos nosotros. Por justicia, un equipo con futbolistas como Llorente, De Marcos, Iraola, Iturraspe, Muniaín, Susaeta, Aurtenetxe o Amorebieta merece pasar a la historia levantando una copa. Devolviendo al Athletic al lugar que la leyenda de la Liga le guarda desde hace más de veinte años. Y Marcelo Bielsa, pese al inicio dubitativo del equipo, ha conseguido colocar al Athletic a las puertas de la gloria. Ojalá, por el bien del fútbol, ganen la Copa del Rey. Aunque se juegue en el Calderón. Aunque se pite el himno. Aunque eso suponga que Guardiola, quizá, abandone el Barcelona. Bilbao se lo merece. El fútbol, también.