the car's on fire and there's no driver at the wheel / and the sewers are all muddied with a thousand lonely suicides / and a dark wind blows / the government is corrupt / and we're on so many drugs / with the radio on and the curtains drawn / we're trapped in the belly of this horrible machine / and the machine is bleeding to death / the sun has fallen down / and the billboards are all leering / and the flags are all dead at the top of their poles
Ya hemos hablado del fin del mundo. No deberíamos haberlo hecho, no si no ibamos a hablar de GY!BE.
Cuando la tormenta venga, y todo sea polvo y muerte. Cuando las realidades, las facetas, las caras de lo que es típico, mundano se vuelvan negras de ceniza de los incendios del cielo. Cuando todo pierda su piel, o la piel pierda su sentido y los supermercados sean rectángulos de oscuridad sucia, sean viejos templos saqueados, sea albergues para cuando llueve fuego. Cuando los autos sean esos seres que dejamos atrás, cadáveres marchitos de un animal de metal que esclavizamos hasta que no pudimos pagar su sangre. Que esclavizamos hasta que ensució el aire más allá de lo disimulable. Cuando la comida sea joyas y las joyas pequeños proyectiles para arrojarle a los de la caravana de al lado. Cuando Cormac McCarthy deje de ser un escritor y (pasívamente) devenga profeta. Cuando los colores sean grises, sepias, marrones, tristes, muerte, silencios. Cuando los nombres sean peligros, secretos que debamos guardar para adentro. Cuando la belleza, la vida, se conviertan en lucha, en escape, en sobrevivencia.
Cuando venga, cuando llege ese lugar, ese otro planeta tierra que nos amenaza desde la (no tan exagerada) probabilidad, cuando de a poco se vayan apagando las luces de la raza, y la civilización caiga expuesta como no más que un triste y pasajero juego de reglas muy ficticias y complicadas. Cuando todo se transmute y termine siendo escapar, emigrar a donde todavía hay algo de calor. A ese otro continente donde, dicen, hay guerra, pero todavía pega el sol. En ese momento la frase que da nombre a esta banda quizás se escuche, dicha por pocas voces, atrapada en pocas bocas, como un saludo, una despedida, triste, cansada, decepcionada y hermosa: Godspeed You! Black Emperor, Buena suerte en tu viaje emperador negro, adios, procuraremos no olvidarte, tapado, escondido entre los restos de los aviones, entre los cadaveres de las máquinas, entre los huesos y la sangre de las fábricas que se pudren sobre la tierra. Si te vemos, será debajo de los violines, de las melodias opacas, triste, absolutamente bellas, debajo del ruido, de los samples, de los loops, será debajo de tres hermosas, largas canciones, tres bellisimas piezas del más depresivo, vencido, apocalíptico y oscuro post rock. Si con Talk Talk nace como el rock desarticulado, y de unos pocos años a esta parte se cristaliza como repetición ad infinitud de acordes simples, de suaves suaves FUERTES FUERTES en quinientas millones de bandas de nombres copados, estéticas dispares y fórmulas musicales repetitivas; los canadienses de GODSPEED son el momento de gloria, el ápice, cuando el formato antipático, invisible casi anónimo, el concepto de colectivo mágico, grupo ético y secreto de autogestión y guerra además destila la más hermosa perturbación, la más maravillosa música, y punto.
Artistas similares: A Silver Mt. Zion, Set Fire to Flames, Yndi Halda, Fly Pan Am, Mono
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