Godzilla ruge de nuevo

Publicado el 15 mayo 2014 por Elzorrocongafas @elzorrocongafas
Mañana llega a las pantallas del cine la última película de Godzilla y el segundo intento del cine norteamericano de interpretar la historia del mítico monstruo radioactivo japonés. Y si nosotros pobres occidentales creemos que desde la última vez que Hollywood nos trajo a Godzilla en 1998 no ha habido nuevas películas, estamos muy equivocados.

Gojira en 1954


Godzilla es y será siempre japonés, por mucho que Hollywood quiera hacerse con el monstruo. Gojira, su nombre original mezcla de gorila gorira y ballena kujira, nació hace 60 años en el estudio de producción japonés Toho, formando parte del género kaiju, películas de monstruos gigantes. Desde entonces ha habido 30 películas (incluyendo la de Roland Emmerich y esta última), estrenándose Godzilla: Final Wars en 2004.
¿Pero qué tiene este enorme monstruo radioactivo que atrae tanto al público occidental? Desde que la película Gojira viera la luz en 1954 la figura de Godzilla ha entrado a formar parte de nuestro imaginario colectivo. Rara es la persona que no conozca a este monstruo aunque pocos son los que realmente hayan visto alguna de sus películas. Todos sabemos que es producto de la radiación, que se dedica a destruir ciudades y se ha enfrentado a numerosos enemigos como King Kong (sí, sí, el mismísimo King Kong), Mothra, King Guidorah o mi favorita, la tortuga gigante Gamera entre otros. Su vida se ha centrado siempre en Japón, pero ha aparecido referenciado en numerosas ocasiones en productos de ocio occidentales como Los Simpsons. Su figura imponente arrollando edificios a su paso está grabada en nuestra mente.

Más Tiranosaurio que Godzilla

Por eso fue que en 1998 Hollywwod quiso sacar provecho del tirón de Godzilla y creó su propia película. La versión de Emmerich se quedó realmente corta, trasladar la historia a Nueva York lo más lejos posible de Japón y cambiar el diseño del monstruo haciendo que recordara más a una versión de un Tiranosaurio Rex con esteroides escapado de Jurasic Park que el mítico Godzilla, no fueron buenas ideas. Aunque los japoneses que no pierden oportunidad de hacer negocio enseguida cogieron la idea de este nuevo monstruo y con el nombre de Zilla se le ha visto en Godzilla: Final Wars. También fue a raíz de la película de 1998 cuando Toho volvió a hacerse en Japón con los derechos de Godzilla y decidió relanzar al monstruo para separarse lo más posible del concepto americano.
Esta nueva película de Gareth Edwards trata de volver a la esencia de Godzilla. Por de pronto el monstruo vuelve a asemejarse a la tradicional figura, por mucho que los japoneses hayan dicho que está gordo; la acción transcurre de nuevo en el Pacífico con historia a un lado y otro del océano con Japón (como toca), Hawaii, las Filipinas o San Francisco involucradas, y volveremos a ver a algún que otro kaiju reconocible de anteriores películas japonesas de Godzilla. Y según se explica en una de las featurettes de promoción de la película el director y equipo de producción han puesto también especial cuidado en reproducir el mítico rugido del monstruo.

El nuevo aspecto de Godzilla


No será hasta que mañana podamos ver la película en los cines cuando podamos decir si este nuevo Godzilla es digno sucesor de sus antecesores. La vida de este monstruo empezó como simple disfraz de monstruo gigante, pasando por los animatronics hasta llegar a los efectos especiales que se intuyen en esta última película. Pero sea como sea Godzilla tiene vida para rato.

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Página oficial de Godzilla