Gog (1931), de giovanni papini. la mirada del maligno.

Publicado el 25 diciembre 2012 por Miguelmalaga

El de Papini es, en cierto sentido, un caso parecido al de Stefan Zweig: un autor injustamente olvidado durante muchos años al que se está recuperando en extraordinarias ediciones por las que el lector español puede conocer a estos genios en toda su medida. 
Habiendo leído hace unos años una colección de relatos de Papini, la lectura de Gog me muestra a un Papini de escritura mucho más madura y elaborada. Aunque Gog se define como una novela, en realidad es un conjunto de relatos que el protagonista cuenta al escritor, mientras ambos se encuentran recluidos en un manicomio (aunque el escritor confiese que sólo va allí de visita). Gog se presenta como un ser mefistotélico, como un hombre hecho a sí mismo que ha dedicado la mitad de su vida a hacerse millonario. Un emprendedor, que ya aburrido del mundo de los negocios, se propone conocer en profundidad el mundo real en busca de estímulos. Y quiere lograrlo con ayuda de sus inmensas posibilidades económicas:
"Su conversación resultaba muy singular: pasaba de un discurso paradójico al mismo tiempo que inteligente, a manifestaciones de una vulgaridad peor que plebeya, bestial. Parecía que estuviesen unidos en él Asmodeo, con su agudeza cínica, y Calibán, con su ciega torpeza de bruto."
Así pues Gog ha pasado años recorriendo el mundo y se ha entrevistado con los más diversos charlatanes, que le exponen las ideas y teorías más estrafalarias a cambio de dinero para llevarlas a cabo y con los hombres más famosos de su tiempo: Einstein, Henry Ford, H.G. Wells, Edison, Lenin o Gómez de la Serna, de cuyos discursos extrae las más diversas conclusiones, aunque nunca suelen ser demasiado positivas: la consideración de Gog por el resto de la humanidad es bastante pobre y hay momentos en los que fantasea acerca de planes de exterminio que parecen proféticos, si nos atenemos a lo que sucedió pocos años después en Europa. La realidad pareció darle la razón a Gog.
Es imposible resumir el contenido del libro en estas líneas: para ello habría que reescribirlo casi en su totalidad, tal es la riqueza de temas y reflexiones que incluye Papini en los diversos relatos. Como lector, he de confesar que Gog ha conseguido fascinarme durante los dos días que ha estado el libro entre mis manos, como si el autor fuera también un ser sobrenatural con un poder de imaginación que está mucho más allá de un ser humano corriente. Uno sólo de los cuentos de Gog tiene más contenido que algunas gruesas novelas vacías y pretenciosas que se venden mucho mejor que un Papini que llegó a ser muy popular en los hogares españoles en los años sesenta y setenta. Otra cosa es que se leyera...