El 5 de abril de aquel año, en el antiguo estadio de Estudiantes conocido en aquel entonces como Estadio Jorge Luis Hirschi, la séptima jornada del torneo deparaba el Clásico Platense o, lo que es lo mismo, un Estudiantes de La Plata - Gimnasia y Esgrima. Los visitantes tras siete derbis sin conocer la victoria (cinco derrotas y dos empates en sus últimos cruces) ya tenían problemas para recordar su última victoria. Una primera parte sin goles hacía presagiar al Gimnasia que sumarían otro Clásico sin conocer la victoria, el octavo ya, pero en el minuto 54 todo cambió.
Una falta señalada por el colegiado Juan Brava a 35 metros del marco defendido por Marcelo Tolmo, el balón bien plantado sobre el césped, la gente expectante, una carrerilla y bueno, que relate el resto José Perdomo: "El encargado de esos tiros libres era Odriozola. Pero ese día le pedí la bola. Cuando vi que la pelota entraba al arco, sentí que la hinchada pegaba un grito impresionante. Saltaron todos juntos. Miré a la tribuna y vi que se venía abajo. Se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo" Tan impresionante fue el grito y el salto de los espectadores que el Observatorio Astronómico de La Plata registró un seísmo de 7 grados en la escala de Richter con epicentro en el Estadio Jorge Luis Hirschi. Esto no aparece en los libros.
(Del Gol&puntiano gol del terremoto) 1. m. Sacudida del terreno, ocasionada por fuerzas que actúan en lo interior del globo o fuera de él debido a un gol.