Gold Bears – Are You Falling In Love?

Por Homeboy

Resulta extraño que con tanto revival del indie de los ochenta y noventa, nadie se hubiera fijado en Hüsker Dü y en los posteriores Sugar de Bob Mould, hasta ahora – bueno, ese bodrio de Male Boding lo han intentando sin éxito -. Menos mal que ha llegado esta joven banda de Atlanta para poner remedio a esta injusticia. Y es que el nuevo grupo Jeremy Underwood suena a la banda de Minessota en casi todo el álbum, y cuando no se decanta por ellos, se va hacia el C-86 más acelerado, el que hacían grupos como The Wedding Present o This Poison! Todo con una energía de lo más punk, y con ese punto de lo-fi que te lleva directamente hasta los años en los que estas bandas empezaron a sacar sus primeros trabajos.

Are You Falling In Love? es un disco de apenas 33 minutos en los que casi no te dejan respiro, tan solo levantan el pie del acelerador en la canción que da título al álbum. Mucho mejor así, ya que a sus estupendas melodías pop, esa energía punk y acelerada, le viene como anillo al dedo, y sin duda alguna es el gran acierto de este trabajo.

Y es que una cosa es el punk-pop que hacían los horribles grupos de los noventa, y otra es esto. Aquí no hay concesiones a la galería, y no hay mucha diferencia entre lo que sale del local de ensayo, y el resultado final del disco. Gracias a esto, nos encontramos con un trabajo sincero en el que realmente se ve que han ido a su bola, y se han apartado un poco del resto de bandas que últimamente tiran de estas influencias.

Cuentan con varios hits en potencia como Tally, East Station Attendant, So Natural o All Those Years, pero la palma se la llevan ese tremendo trallazo indie-punk llamado Record Store con la que abren el disco, y Besides You; una preciosa canción donde se calman un poco, y se ponen un pelín melancólicos.

La verdad es que cuanto más lo escucho, más me gusta y tan solo hay un par de canciones que no me llaman demasiado la atención, y con eso no digo que me parezcan malas, pero sí que no están al altísimo nivel del resto. Es uno de esos trabajos con los que te entran ganas de volver a tú adolescencia para montar un grupo con tus colegas, y creerte que te vas a comer el mundo.

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