Tras una media hora un poco espesa, llegó el gol de Piqué(bienvenido al mundo del esfuerzo de nuevo) y el resto fue coser y cantar. Messi y Neymar dieron un recital de pases, de jugadas y de goles, y al final hasta Pedro tuvo el premio a su esfuerzo y a su aceptación de un papel oscuro en un equipo de estrellas. Lástima que Suárez no pudiera participar, porque, posiblemente, hubiera podido recuperar el gol y eso hubiera sido bueno para la Copa.
Mientras el Barça arrasaba con algunos suplentes, el líder ganaba en Córdoba con las virtudes que le han caracterizado siempre, mal perder, suerte para poner un negocio de quinielas y un penalti en el 90 de esos que solo les pitan a ellos y tras comerse uno de Carvajal que el árbitro vio pero que hubieran comprometido su carrera.
El miércoles, de nuevo Copa, ilusionados por poder seguir adelante ante un rival durísimo y con solo un gol de ventaja, lo cual no parece fácil. Eliminar al conjunto rojiblanco supondría un aliciente de cara a seguir presionando a los blancos que están gastando a manos llenas los comodines y que ahora, en lugar de rotar a los de medio campo, los agota y ficha a otros nuevos(y sorprendentemente ficha al padre de uno de ellos como entrenador y a nadie le da por preguntar si eso es prima de fichaje, sueldo del jugador o es que han descubierto en el padre de Odergaard al nuevo Toril para la cantera).
Este martes el comité de competición dirá que lo de Cristiano son dos partidos(justamente para que esté ante el Atleti) porque no creo que le echen tanto rostro como para dejarlo en uno solo.
Aún queda mucho por decir y muchos penaltis que regalar.
Y sobres, muchos sobres......