Goles Deluxe Retro: Goles agónicos que prácticamente valieron campeonatos

Publicado el 21 septiembre 2012 por Marianofusco

Anticipando el próximo River-Racing en el Monumental, recordaremos un tanto de cada equipo en ese clásico, el más antiguo del fútbol argentino, con un denominador común (tal como sucedió en la previa de River-San Lorenzo): estos tantos fueron cerca del cierre, y también determinantes para la consagración de cada uno de los dos clubes.

El que dio el primer golpe fue “La Academia”, el 2 de diciembre de 2001, en El Cilindro, por la fecha 16 del Apertura. Era un partido angustioso para los de Avellaneda. Iban perdiendo 1-0 con un tanto de Esteban Cambiasso, y parecía ser que el sueño de consagrarse campeones luego de una sequía de 35 años se iba desvaneciendo, ya que el “millonario”, de ganar, quedaba a 2 unidades con 9 por disputarse.

Sin embargo, apareció un héroe accidental. Accidental en el sentido que ingresó como titular porque José Chatruc, el “dueño” del puesto, estaba suspendido. Estamos hablando del colombiano Gerardo Bedoya. A cuatro minutos del final, le quedó a él el rebote de un centro que no se pudo despejar bien, y terminó clavando la pelota en el ángulo con un zurdazo furibundo, desatando la fiesta en el Presidente Perón.

Pero la vida da revancha. Y River tuvo una dulce venganza 19 fechas después, más precisamente un 28 de abril de 2002, en un final aún más épico que este. Porque no fue en en los últimos minutos, sino en la última jugada, y porque su autor no estuvo entre los once iniciales, sino que ingresó segundos antes.

En aquel entonces la situación era inversa: los comandados en aquel entonces por Ramón Díaz eran líderes y Racing, uno de sus perseguidores, a pesar de que Gimnasia La Plata estaba mejor posicionado. En una de las últimas jugadas, Juan Pablo Raponi comete una falta al borde del área. Allí se genera un entrevero, que dejó como resultado la expulsión del arquero Ángel Comizzo. Como ya se habían hecho los tres cambios reglamentarios, Martín Demichelis tuvo que ser el arquero improvisado. Todo Racing estaba volcado al ataque. Había olor a gol…

Pero nadie contaba con que el tiro libre de Claudio Úbeda (luego de amagues del ya citado Bedoya y de Maximiliano Estévez) iba a dar con la barrera, el rebote lo iba a capturar Ricardo Rojas (sí, el mismo de la vaselina a Boca), y se la iba a dejar servida a Nelson “Pipino” Cuevas para darle la victoria, y por qué no el campeonato (aunque se consagraría frente a Argentinos Juniors fechas más tarde), al club de Núñez.

En River-Racing se anotaron goles agónicos que prácticamente valieron campeonatos. Este domingo esto será imposible, ya que aún ni siquiera llegamos a la mitad de este Torneo Inicial…