YORK, Pa. (AP) – Cuando entra a un campo de golf como una de las pocas mujeres negras en los enlaces, Sandra Harrison se llena de orgullo y espera que su juego disipe los estereotipos y desarme a sus compañeros jugadores, que a menudo son blancos y masculinos. .
Lo que sintió jugando en Grandview Golf Club como un nuevo miembro en su comunidad no podría haber sido más opuesto, dijo Harrison. La jubilada de 59 años dijo que estaba traumatizada, agitada y herida después de decir que ella y el grupo de mujeres negras con las que estaba jugando se salieron del curso antes de que llamaran a la policía cuando un hombre blanco afirmó que las mujeres jugaban demasiado despacio.
“Fue como si estuviéramos jugando con objetivos en la espalda”, dijo Harrison. “¿Qué otra razón podría haber aparte de que fuéramos culpables de ser negros mientras jugábamos al golf?”
No se presentaron cargos, pero el enfrentamiento del sábado tocó un nervio crudo después de otros dos incidentes similares. Dos hombres negros en Filadelfia fueron esposados y arrestados el 12 de abril después de que un empleado de Starbucks llamó a la policía porque no habían comprado nada en la tienda. Y los empleados de LA Fitness en Nueva Jersey acusaron erróneamente a un miembro negro y su invitado de no pagar para entrenar y llamar a la policía, lo que provocó una disculpa de la empresa.
Harrison y Sandra Thompson dijeron que estaban en el segundo hoyo cuando los representantes del Grandview Golf Club le dijeron al grupo que jugaban demasiado despacio.
“Sabíamos que rompimos esas bolas y avanzamos”, dijo Thompson en una entrevista con The Associated Press.
Según Thompson, una de las otras mujeres dijo que fue confrontada por un hombre con una actitud agresiva y posesiva que dijo: “¡Tienes que seguir adelante! ¡Soy el dueño!”
Como no quería perder el día, el grupo intentó pasar a través de los nueve primeros, dijo Harrison, pero las confrontaciones los hicieron sentirse cada vez más molestos e incapaces de concentrarse en el juego.
Después del noveno hoyo, tres de las mujeres abandonaron y se dirigieron a casa.
“Dije, ‘ya no quiero hacer esto'”, dijo Harrison. “Estaba traumatizado”.
Con dos jugadores, Thompson pensó que ella y su compañero podrían continuar sin molestarse. Nuevamente, fueron abordados.
El mensaje esta vez: “Bájense de nuestra propiedad”. Las mujeres fueron informadas de que la policía había sido llamada.
Después de que fueron interrogados, la policía se negó a seguir adelante. Thompson dijo que se le ofreció un cheque para reembolsar su membresía, pero se negó.
El domingo, el copropietario del club JJ Chronister le dijo al York Daily Record que llamó personalmente a las mujeres para “disculparse sinceramente”.
El lunes, emitió un segundo comunicado al periódico diciendo que los jugadores que son lentos suelen abandonar el curso cuando el personal del club les pregunta.
“En este caso, los miembros se negaron a irse, así que llamamos a la policía para asegurar un resultado amistoso”, dice la declaración. Dice que las mujeres se saltaron los agujeros y tomaron un descanso prolongado.
“Durante la segunda conversación les pedimos a los miembros que se fueran según nuestra política mencionada en el cuadro de mando, se intensificaron las voces y se llamó a la policía para garantizar una resolución amistosa”, dice.
Es parte de la etiqueta de golf que los jugadores que se mueven lentamente dejan que los grupos los respalden si mantienen las cosas, y a menudo los campos de golf tienen empleados que supervisan el ritmo del juego, lo que les permite saber cuándo demoran demasiado.
Los cinco son parte de un grupo más grande de mujeres locales conocidas como Sisters in the Fairway. El grupo ha existido por lo menos durante una década, y todos sus miembros son jugadores experimentados que jugaron al golf en todo el país y el mundo. Están muy familiarizados con la etiqueta de golf.
“Nuestro nombre implica que queremos vivir la vida de una manera justa”, dijo Harrison. Queremos ser hermanas en el fairway, en el golf y en la vida “.
Normalmente, los clubes no permiten grupos mayores a cuatro. Sandra Thompson fue la última miembro en llegar, y verificó con un empleado para ver si estaba bien unirse a los otros cuatro, sabiendo que un quinto miembro podría ser un problema. El empleado dijo que estaba bien, dijo Thompson, abogado y presidente de la filial de la NAACP en York.
Thompson publicó un video en su página de Facebook que muestra la interacción con el copropietario del club, Jordan Chronister, su padre, el ex comisionado del condado de York, Steve Chronister, y varios otros empleados blancos y varones.
En ella, Jordan Chronister le dice a las mujeres que las ha estado cronometrando y que deben abandonar el lugar. Las mujeres responden que tomaron un descanso apropiado y que los hombres detrás de ellas todavía estaban en su pausa de cerveza y no estaban listos para jugar. A las mujeres les dicen que han llamado a la policía. Y entonces ellos esperan.
La policía regional del condado de Northern York llegó, realizó entrevistas y se fue sin acusar a nadie.
“Fuimos llamados allí por un problema, el problema no justificaba ningún cargo”, dijo el jefe de la policía regional del condado de Northern York, Mark Bentzel al York Daily Record.
JJ Chronister, propietaria del club junto con su esposo Jordan Chronister, le dijo al periódico el domingo que llamó personalmente a las mujeres para disculparse. Ella dijo que espera reunirse con ellos para discutir cómo el club puede usar lo que pasó como una experiencia de aprendizaje y hacerlo mejor en el futuro.
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La escritora de AP Alexandra Villarreal contribuyó con este informe desde Filadelfia.
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